MONOGRÁFICO: Informática ubicua y aprendizaje ubicuo - LA PIEL ELECTRÓNICA DE LA TIERRA |
CAJON DE SASTRE - Cajon de sastre | ||
Escrito por Sonia Ester Rodríguez | ||
Sábado, 01 de Agosto de 2009 00:00 | ||
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1. - LA PIEL ELECTRÓNICA DE LA TIERRAEn 1965, Gordon E. Moore afirmó que cada 18 meses la capacidad de procesamiento de los microchips se duplica. Esta afirmación se ha conocido como la “Ley de Moore”. Cuarenta años después podemos decir que se trata de una ley empíricamente constatada, aplicable no sólo a la microelectrónica, sino también a los ordenadores personales. Fotografía de Alan Bates; @flickr La Ley de Moore ha traído, entre otras consecuencias, la miniaturización de los componentes y la reducción de su coste. La tendencia actual se orienta a producir ordenadores cada vez más pequeños y móviles. Así, en pocos años hemos visto como el ordenador de mesa se trasladaba al regazo, se transformaba en uno de mano y terminaba siendo de bolsillo. Probablemente, la próxima metamorfosis le lleve a integrarse en la ropa. Pero, mientras este nuevo cambio se prepara, otros procesadores, dispositivos y sensores son integrados en una amplia gama de camaleónicos aparatos electrónicos, que se entremezclan y confunden con el entorno.
Es la época de los Mainframe, grandes computadoras y de gran potencia, que utilizaban, principalmente, las empresas (un Mainframe por empresa) para el procesamiento de datos. Esta computadora era compartida por muchas personas y mantenida por personal técnico especializado. Fotografía de Carrick; ;@flicker
La bajada de los precios y la reducción de su tamaño hicieron que la informática llegara a todas las casas. En pocos años dejamos de compartir el ordenador con nuestros padres y hermanos, para tener nuestro propio ordenador… en ocasiones, ordenadores (el “ordenador”, el portátil, el mini-PC….) Fotografía de Jochen Wegner;;@flicker
Es el nacimiento de los “infoimplementos”, resultado de meter bits en las cosas y que trae como consecuencia la progresiva fusión del mundo digital con el mundo físico. Imagen Reloj-Móvil de Nick; @Picassa Donald Norman dice que un “infoimplemento” es una herramienta que posee sus propios circuitos informáticos, diseñados para una aplicación concreta; de modo que aprender a usarlo es lo mismo que aprender la tarea; pero, además, el infoimplemento posee la capacidad de comunicación universal y compatibilidad con otros dispositivos complementarios, sin importar la marca y/o fabricante. En la presentación de la monografía Omnipresencia computacional, Gutiérrez, Rodríguez y Lytras (2005) informaban: El Instituto Fraunhofer para Telecooperación Segura (SIT) predice que en el 2008 los dispositivos móviles serán ya el medio más utilizado para hacer una llamada telefónica, conectarse a Internet y efectuar pagos electrónicos. (Novática, 2005, nº177) Lo cierto es que, si como dice McLuhan los medios son las extensiones del hombre, los teléfonos móviles se han convertido en nuestra quinta extremidad. No sólo son el medio más utilizado para realizar llamadas telefónicas, sino que han popularizado la comunicación vía sms (Short Message Service) con “nueva gramática” incluida; son comúnmente utilizados como reproductores de música (Mp3/Mp4), cámaras digitales y grabadoras de audio y vídeo; han sustituido al despertador y al reloj de pulsera; y se han convertido en una puerta abierta al ciberespacio. Hoy Alicia no soñaría con caerse en la madriguera de un conejo, sino con introducirse en la pantalla del móvil para acceder al País de las Maravillas. Imagen de Manuchis; @flickr El móvil siempre nos acompaña. Habitualmente comprobamos que lo llevamos encima, si nos olvidamos de él o se queda sin batería, el día se hace interminable y sentimos el vacío de la incomunicación. La soledad nos rodea y oprime cuando no tenemos nuestro móvil disponible. Con nosotros… siempre nuestro móvil. Y, sin embargo, éste comienza a tener nuevos compañeros de viaje: iPods, PDAs, mini-PC… con los que puede comenzar a “charlar”. Controladores (programas informáticos que permiten al sistema operativo interactuar con un periférico, proporcionando una interfaz sencilla y estándar para su uso), sensores (dispositivos que miden magnitudes físicas o químicas – temperatura, luz, presión, humedad, distancia, etc. – y que transforman las señales para que sean interpretadas por otros dispositivos), y actuadores (dispositivos capaces de provocar un efecto sobre un proceso automatizado y/o activar un elemento final de control) se van poco a poco diseminando en diferentes objetos de nuestra vida cotidiana. Surge la domótica (conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda de modo que pueda ser “dirigida” desde la distancia), Fotografía de Alessandro Quisi en Banco de Imágenes ISFTIC Panel integral de instalación domótica por medio de red Instabus.
la inmótica (incorporación de sistemas capaces de gestión técnica de las instalaciones con el fin de ahorrar energía y aumentar la seguridad, en edificios de uso terciario o industrial),
Fotografía de AtelMedia; @flickr. la automoción (sistemas integrados en el automóvil, que ofrecen información al conductor, entretenimiento a los pasajeros y aumentan la seguridad del propio vehículo), etc. Imagen de mroach; @flickr De este modo, la Tierra poco a poco se va recubriendo de una nueva piel, formada por sensores telemétricos integrados - que permiten controlar de forma remota propiedades de sistemas y dispositivos (con total independencia de su ubicación), intercambiando datos entre dispositivos conectados y móviles – capaces de extraer información contextual y ambiental y de comunicarse entre ellos, interactuando sin necesidad de intervención humana. Y así, el planeta azul se convierte en una gran red nerviosa, inteligente y autoconsciente.
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