No es una casualidad que el arte comience a evolucionar en algunas ciudades italianas. Florencia, Génova, Venecia, Siena, Pisa, fueron importantes centros comerciales, donde vivían mercaderes o grandes familias que amasaron importantes fortunas. Serían ellos los primeros en encargar sus palacios a los arquitectos y las esculturas y pinturas que decoraban el interior.
En el arte italiano del Renacimiento hay que destacar una evolución relacionada con los siglos XV (los años 400, el Quattrocento), y XVI (los años 500, el Cinquecento).
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