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El mundo real
El mundo que te rodea es tridimensional. El suelo te atrae con la fuerza de la gravedad y permite que puedas desplazarte por un espacio lleno de aire. Cuando en este espacio colocas un objeto sólido, éste ocupa un lugar, tiene un volumen.
Cierra los ojos, coge el objeto. Con el tacto puedes apreciar el volumen de este cuerpo sin necesidad de mirarlo. Si abres los ojos puedes observarlo y, girándolo, aprecias todos sus puntos de vista.
Pero el mundo real no ofrece volúmenes aislados. Éstos se encuentran en un espacio en el que se relacionan con otros elementos.
Una adecuada construcción y colocación de los volúmenes hace que los objetos sean útiles, y los espacios, habitables.
¿Cómo puedes representar un mundo tan complejo? Y, además, ¿cómo puedes hacerlo sobre una superficie plana, como es tu papel de dibujo o tu lienzo?
A través del sentido del tacto aprecias el volumen.
Para que un objeto cumpla su función el volumen debe estar muy bien estudiado.