En el siglo XX, muchos movimientos artísticos han aplicado las nuevas tecnologías y nuevos materiales que amplían el espectro del uso de la luz en el arte. Un escultor estadounidense Dan Flavin empleaba tubos de luz fluorescente y los utilizaba como elementos para dibujar en el espacio con la electricidad. Del interés por lo natural se ha pasado a que el centro de atención sea lo artificial. Otras muestras de este arte son los hologramas y los láseres. Algunos artistas se interesan por los cambios rápidos que se pueden crear con la luz artificial produciendo el efecto de flash. Los artistas cinéticos recurren a este efecto para potenciar el movimiento en sus obras.
Un paseo por cualquier feria de arte contemporáneo como ARCO que se celebra en Madrid todos los años puede ser muy ilustrativa a este respecto. Te proponemos una visita a su página virtual en la red.