Como hemos visto, la luz permite a los artistas representar las tres dimensiones en dos. También hemos comprobado que según sea natural, artificial, blanca o coloreada modifica el aspecto de las formas. Pero además, esta apariencia depende de otros dos factores: la dirección y calidad de la luz.
Según sea la dirección de la luz un objeto puede parecer plano, acentuar su volumen, deformarlo, etc. Aunque podemos iluminar un modelo de muy distintas formas, pueden destacarse cuatro posiciones:
Luz frontal: la fuente de luz está situada de frente al motivo disminuyendo la sensación de volumen. Utilizaremos este tipo de luz para crear una sensación abierta, clara o alegre. Si el foco está cerca y es potente puede casi dejar invisible los volúmenes del modelo.
Luz cenital: La fuente de luz se coloca perpendicular y desde arriba del objeto. Produce sensación de tranquilidad o realismo.
Luz lateral: la fuente de luz se encuentra a derecha o izquierda del modelo. Esta luz intensifica las texturas y el contraste en el objeto iluminado creando una sensación de misterio o dramatismo.
Contraluz: Cuando la luz proviene detrás del modelo se produce un contraluz. Seguro que has visto alguna vez por tu casa una de esas fotos en las que los personajes aparecen muy oscuros, casi negros, y sólo de ve claramente el paisaje de fondo. Pues bien. Eso es un contraluz. Se hizo la foto teniendo la luz de frente por lo que sólo se aprecian las siluetas. Este efecto es interesante si lo que se pretende es destacar las siluetas o crear un ambiente duro y misterioso. En televisión utilizan muchas veces el contraluz para enmascarar a un personaje que habla y no quiere ser conocido.