Como has visto, la luz es muy importante para las representaciones pictóricas o escultóricas de objetos, paisajes y personas.
La luz más utilizada para recrear las obras es la luz natural, pero ésta no es igual a todas las horas del día. La iluminación solar produce sensaciones lumínicas diferentes y todas pueden resultar interesantes para captarlas y representarlas gráficamente. Luz blanca fuerte y luminosa durante las horas centrales del día y luz coloreada durante el resto: violeta al amanecer y anaranjada al atardecer. Incluso la ausencia de luz solar y la iluminación procedente de la luna es fuente de inspiración para el artista plástico.
Esta obra de Claude Monet (1840-1926), es una de muchas que realizó a la catedral de Ruan a distintas horas del día, con distintas luces e iluminaciones. La belleza de los colores de los impresionistas no deja lugar a dudas sobre su valor.