Tres nombres son imprescindibles cuando hablamos de la historia de los ordenadores. Por una parte los de dos profesores de la Universidad de Pennsilvania, John P. Eckert y John W. Mauchly; más tarde el de John Von Neumann, matemático que se unió a ellos y que definió los cuatro elementos básicos: memoria, unidad de cálculo, unidad de control que dirigiera las operaciones y unidades para introducir datos y obtener resultados. Posteriormente, Eckert y Mauchly intuyeron el éxito de la idea del desarrollo de programas almacenados en memoria y comercializaron Univac I (Universal Automatic Calculator) adquirida por las oficinas del censo norteamericano.
Entonces entrarían en escena empresas como IBM que adoptaría la tecnología electrónica en las 19 unidades elaboradas en 1953 de su modelo 701. A éstas le sucederían diversas generaciones de ordenadores que poco a poco fueron reduciendo su tamaño gracias a la miniaturización electrónica. A partir de 1971, cuando apareció el primer microprocesador llamado Intel 4004, comenzó una carrera en la comercialización de ordenadores que todos hemos ido conociendo, en especial a partir de la década de los ochenta que es cuando su utilización crece trepidantemente y para todos los usos.