Los antecedentes del ordenador son variados y se remontan tiempo atrás en la historia, desde el conocido ábaco chino, pasando por la primera regla de cálculo creada en base a los logaritmos inventados en 1600 por el escocés John Napier, o por la calculadora universal de Leibniz (1694).
Sin embargo, fue el inglés Charles Babbage quien ideó en 1835 una máquina analítica capaz de calcular múltiples funciones y con un almacén para registrar números.
Durante las primeras décadas del siglo XX se desarrollaron aparatos con tecnología analógica. Utilizando interruptores eléctricos para combinar números binarios, el alemán Konrad Zuse creó un prototipo de ordenador. Tenía en mente emplear válvulas electrónicas que eran más rápidas, pero no encontró financiamiento para su proyecto. No iba descaminado, ya que los cambios más importantes comenzaron con la introducción de la tecnología electromecánica y, sobre todo, con el uso de la electrónica. Tenemos entonces que las primeras generaciones de ordenadores funcionaron con válvulas, sustituidas hacia 1955 por transistores, los cuales dieron paso en la década de los sesenta a circuitos integrados. Más tarde se inventarían los primeros microprocesadores u ordenadores de chips.