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Castillos |
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Pronto hubo castillos en toda Europa, pues este elemento defensivo fue fundamental para la protección del territorio de la amenaza de nuevos invasores o en las luchas entre señores feudales. Los caballeros cruzados lo llevaron al Este del Mediterráneo, donde los propios cruzados construyeron castillos en la zona de Palestina y Siria, a los que pusieron el nombre de "krak". |
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Independientemente del país en que se ubicaran, los castillos tenían elementos comunes: un foso que bordeaba todo el recinto defensivo, una muralla que rodeaba también el recinto, una puerta principal a la que se accedía por un puente levadizo. Esas fuertes defensas albergaban un gran patio interior y la torre del homenaje.
La construcción de castillos hizo que el arte de la guerra en la Edad Media consistiera en un 1% de enfrentamientos en el campo de batalla, y un 99% de asedios.
El castillo estaba preparado para resistir un asedio y repeler un ataque. Para lo primero la torre del homenaje reunía todos los elementos necesarios; no solo habitaciones para alojarse, sino todo lo preciso para vivir sin salir del recinto: despensa, granero, horno, pozo, bodega. Para lo segundo la muralla tenía las almenas, los matacanes o las torres barbacanas.
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