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Exteriores |
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A
pesar de la concepción común que los antiguos reconocían en la significación
de la muralla, el grado de protección que ésta presupone a los habitantes
de una ciudad-estado varía según se halle en el ámbito próximo oriental
asiático y egipcio o en el mundo grecorromano y, aun en esta órbita,
en función del período histórico.
En esta línea, los habitantes de una ciudad-estado o de un Imperio próximo-oriental o egipcio, de carácter territorial, que por esta razón se inscriben en el mundo ordenado, sólo poseían la condición de súbditos al servicio de la realeza en el poder, por lo cual su pertenencia a dicho estado únicamente les libraba de la esclavitud, circunscrita a gentes de otros pueblos a través de compra o botín de guerra, si bien no quedaban exentos de caer en la servidumbre por deudas.
Esta situación varió tras el surgimiento de los estados nacionales de origen gentilicio, que jugaron un papel importante en el I milenio a.C. en algunas regiones del Próximo Oriente Asiático, al tratarse de habitantes de un estado con conciencia de descender de antepasados comunes, lo que favorecería el peso de la colectividad y la defensa en manos de todo un pueblo en armas. |
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