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Exteriores |
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En
el Mundo Clásico, la configuración de la ciudad-estado contempló en
su estructura la presencia de un cuerpo de ciudadanía, que si bien
en un principio aparecía realmente restringida a unos pocos, iría
progresivamente ampliándose. De este modo, el peso de la tradición
de un estatuto de ciudadanía se reflejaría hasta en estados tan poderosos
militar y políticamente como el Romano en su fase imperial.
Será, por tanto, en este ámbito, en el que la simbología de la muralla, protegiendo el espacio urbano en tanto en cuanto sede de las instituciones representativas de la toda la comunidad cívica, refleja la defensa del orden y la civilización y protege realmente al ciudadano, con independencia de su lugar de residencia en la ciudad o en el campo, en oposición a todos aquellos que quedan al margen.
En este contexto, la significación de los muros en asentamientos de controvertida interpretación acerca de su nivel de evolución política puede ser un indicio muy revelador del estadio de la comunidad. |
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