Los visigodos fueron una rama de los godos. Tras salir posiblemente de Escandinavia, los godos se asentaron al Norte del Mar Negro, donde se dividieron en visigodos (godos del Oeste) y ostrogodos (godos del Este). Los primeros contactos de los visigodos con los romanos datan del último tercio del siglo IV d.C., cuando presionados por los hunos pidieron permiso al emperador Valente para atravesar el limes del Danubio. A raíz de esta petición, los visigodos fueron autorizados a acampar en Tracia, aunque el asentamiento, pacífico en principio, no resistiría mucho tiempo.
La invasión de los Balcanes y el asedio de Constantinopla por los visigodos pondrían en alerta al emperador Teodosio (379-395), quien prefirió llegar a un acuerdo mediante el cual los visigodos se convertían en los primeros federados del Imperio. Se iniciaba así su sedentarización y su conversión al cristianismo arriano.
No obstante, desde el año 396 de nuevo la presión de los hunos y su penetración en Dacia y Panonia causó un efecto dominó, induciendo a otros pueblos germanos a un movimiento migratorio de gran repercusión, las denominadas invasiones en masa de pueblos bárbaros que sacudieron durante más de quince años la parte occidental del Imperio Romano. En este contexto, los godos encabezados por Alarico invadieron la Península Itálica, provocando la caída y el saqueo de Roma en el año 410.
Muerto Alarico, la respuesta de Honorio, emperador de la zona occidental (396-423), consistió en ofrecer a los godos una salida hacia la Galia, con el fin de que este pueblo consiguiera frenar los ataques de otros pueblos bárbaros. De este modo, a partir del 418 se instalaron en Aquitania y fundaron con la connivencia del poder romano el primer reino bárbaro, conocido como el reino visigodo de Tolosa.
Desde allí, más tarde, penetraron en Hispania para combatir a los bagaudas y a los suevos, aunque la emigración hacia la Península aumentó a partir del año 490. El punto álgido del traslado llegaría en el 507, tras la derrota sufrida por los visigodos de Toulouse ante los francos dirigidos por Clodoveo. |