La conquista de la Península por Roma - Segunda etapa
La segunda etapa (155-133 a. C.) fue muy dura para los pueblos autóctonos peninsulares, pues los romanos estaban decididos a dominarlos, y los indígenas a permanecer independientes. La resistencia de los peninsulares se desarrolló de dos maneras distintas y en dos zonas diferentes.
Una de esas maneras fue la de los lusitanos. Con su caudillo Viriato, plantearon una guerra de guerrillas que causó mucho daño a un ejército tan grande como el romano; solo después de la muerte de Viriato consiguieron los romanos dominar el territorio lusitano. Esta forma de enfrentarse a un enemigo poderoso con el que uno no puede pelear en campo abierto, se ha repetido en otros momentos de la historia y en otros países. La palabra “guerrilla” ha pasado a otros idiomas, como el inglés, que ha adoptado este hispanismo al no tener una palabra original inglesa para definir esta forma de lucha.
La otra fue la de los numantinos que resistieron el asedio de su ciudad Numancia durante varios años, hasta que al final fue tomada por los romanos cuando no quedaba nadie vivo dentro de las murallas de la ciudad. De esa forma de resistencia ha quedado una frase en el idioma español: la “resistencia numantina” es la que ejercen un conjunto de personas, o, a veces, una sola persona, que defienden algo de forma tenaz, casi heroica
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