Esta ilustración es una buena muestra de las obras de arte que dejaron los pueblos que habitaron la Península durante la Edad Antigua. Este es un jarrón griego, ejemplo de la cerámica de la que han quedado muchos ejemplares en el territorio de la Península Ibérica. Junto a los griegos, los otros pueblos que habitaron este territorio, fenicios, romanos y visigodos, dejaron su huella en diversas manifestaciones artísticas y culturales. Bien conocidos son el acueducto de Segovia o el teatro romano de Mérida.
En el teatro romano de Mérida, donde se celebra un importante festival de teatro en verano, se representaron muchas obras de teatro, a lo que eran muy aficionados los romanos o los hispanorromanos. El teatro, en su forma escrita o como edificio, fue uno de los legados de Roma a los territorios que ocupó, y en concreto a la Península Ibérica.
Antes de la llegada de los romanos a la Península Ibérica había aquí unos pueblos que habían desarrollado una interesante cultura. Los pueblos anteriores a la llegada de los romanos se les conoce con el nombre de pueblos prerromanos. Estos pueblos habían recibido un fuerte empuje en sus avances culturales porque habían recogido las influencias de colonizadores del Mediterráneo, griegos, fenicios y cartagineses, que les habían enseñado muchas cosas.
Precisamente como consecuencia de la lucha por el poder en el Mediterráneo entre romanos y cartagineses, se produjo la invasión y posterior conquista romana de la Península Ibérica. Como ocurrió en otras partes del imperio, se produjo un proceso de romanización del que han quedado huellas fundamentales para la cultura española como la lengua y las obras de arte, a pesar de que, también como en todo el espacio del Imperio romano de Occidente, unos pueblos germanos terminaron haciéndose con el poder, los visigodos. |