Podemos considerar dos rasgos fundamentales de la representación en imágenes:
1. Su carácter convencional. Que se manifiesta tanto en la forma de ejecución material de la expresión gráfica, como (ya previamente) en la percepción del objeto o situación a representar por parte del productor de la imagen.
Pero es importante señalar que esta convencionalidad cultural de la representación en imágenes no es arbitraria, sino que se da una cierta analogía entre la imagen y lo que ésta representa.
2. La representación en imágenes es una expresión continua no lineal, y por lo tanto no analizable en unidades pertinentes.