El pastel es una especie de tiza que empezó a utilizarse en Italia para bocetos durante el siglo XVI pero su época de máximo esplendor fue en el siglo XVIII con la llegada de artistas como La Tour y Chardín que consiguieron gran popularidad en retratos realizados a pastel de colores brillantes y sutiles. Más tarde durante la segunda mitad del siglo XIX, los impresionistas dieron una nueva visión utilizando con mucha más fuerza y valentía esta técnica aplicando el color puro y yuxtapuesto unos con otros. Edgar Degas, Auguste Renoir y Toulouse-Lautrec fueron sus máximos exponentes. En la imagen puedes apreciar la facilidad en el trazo y lo brillante de los colores en esta obra de Edgar Degás.
Cualidades:
El pastel se presenta en unas barras de forma cilindrica compuestas de pigmentos en polvo cohesionados con goma arábiga. No utiliza aglutinante que lo fije al soporte por lo que es fácil alterarlo o eliminarlo mediante un trapo. Por esto necesita de un fijador para su total adherencia al papel. Un recurso barato para la fijación es utilizar laca del pelo que al pulverizarla sobre el dibujo le da cierta sujeción. No obstante, si pasaras un dedo sobre los mejores dibujos de Degas se elimiminaría el color fácilmente.
Las barras de pastel se manejan con facilidad. Permiten ejecutar trabajos de manera cómoda y sencilla sobre el papel. Puede trabajarse sobre diferentes superficies siempre que sean lo suficientemente porosas para adherir el pigmento.