El modernismo y el art-nouveau han sido dos de esos movimientos artísticos enamorados de la línea. Surgen a finales del siglo XIX y en sus obras la línea lo inunda todo. En particular, la línea ondulada y sinuosa.
Las líneas curvas son el referente de estas tendencias artísticas por ser la naturaleza la fuente de inspiración. Uno de los representantes más destacados del modernismo es el arquitecto español Antonio Gaudí (1852-1926) que fue el precursor de una nueva arquitectura basada en las líneas curvas hasta entonces nunca vista como la que puedes ver en la foto de la Casa Batlló. Llegó incluso a ser objeto de la mofa entre sus coetáneos y, hoy día, su obra es considerada la de un visionario. Destacar en la pintura las figuras del checo Alfons Mucha (1860-1939) o el vienés Gustav Klimt (1862-1918).
En contrapartida a las curvas modernistas, el neo plasticismo es un movimiento holandés fundado por Piet Mondrian (1872-1944) que supone la abstracción más rígida, en la que la norma para sus cuadros será la utilización exclusiva de las líneas verticales y horizontales con una paleta muy limitada de colores. A pesar de ello puedes ver en la obra que aparece en pantalla como con esos elementos en apariencia tan simples el autor consigue transmitir el mensaje que da título a esta obra: Broadway Boogui-Woogie (1942-43).