En efecto, este muro, si bien se levantó para defenderse de una posible agresión de la OTAN, será en realidad una frontera dotada de múltiples mecanismos de defensa y alarma (artillería, fosos, torretas de vigilancia, vallas de alarma, perros policía y patrullas de soldados) orientados a contener a los propios ciudadanos. Según datos de 1989, el muro se había convertido en un complicado sistema de seguridad, protegido por 302 torretas de vigilancia, 127 km de vallas y alarmas y 105 km de franjas de barraras para impedir el paso de los vehículos.
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