La expansión atlántica protagonizada por la corona de Castilla tuvo también su lado económico y su lado de expansión territorial. Desde el punto de vista económico, Castilla desarrolló un importante comercio de venta de lana hacia Flandes, el Oeste de Francia, Inglaterra y las costas alemanas. Los mercaderes castellanos fueron creando colonias en algunas ciudades de la costa atlántica: Ruán, Nantes, Dieppe, destacando de manera especial la colonia de castellanos y vizcaínos de la ciudad de Brujas.
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