Las conquistas de territorios habían comenzado con Jaime I el conquistador (toma de Ibiza y Mallorca) ya en el siglo XIII, y habían conseguido incorporar a la corona de Aragón, antes de finalizar el siglo XIV, el reino de Mallorca, Sicilia, Cerdeña y los ducados de Atenas y Neopatria. En el siglo XV Alfonso V el magnánimo, conquistó Nápoles, aunque no se incorporó como reino a Aragón, sino que lo dejó como reino independiente al único hijo varón que tuvo: Ferrante, hijo ilegítimo al que no podía dejarle la corona de Aragón.
El interés de los reyes aragoneses por los territorios mediterráneos, les llevó a estar alejados de sus territorios peninsulares, y ello obligó a crear la figura del lugarteniente, es decir, el que ejercía las funciones en lugar del rey, que también fue llamado virrey. |