Uno de los aspectos más destacables de la política de los reinos peninsulares en los siglos XIV y XV es la gran expansión por el Mediterráneo y el Atlántico protagonizada por las coronas de Aragón y Castilla. Esa expansión se vio impulsada por la necesidad de ampliar los contactos comerciales entre Europa y el Mediterráneo, y se vio beneficiada por la mejora de las comunicaciones náuticas desde el siglo XIV, en concreto mejoras en los barcos y en los sistemas de orientación, entre los que tiene un papel destacado la cartografía.
La expansión por el Mediterráneo emprendida por la corona de Aragón, tiene dos aspectos fundamentales: uno de carácter económico, y otro de conquista territorial. Esta última había comenzado en el siglo XIII, como consecuencia de los intereses de los comerciantes de la corona de Aragón, en concreto de los catalanes.
La expansión económica fue principalmente de los mercaderes catalanes, que realizaron un activo comercio por todo el Mediterráneo, fomentando tres rutas especialmente:
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