Siendo la justicia “el acto primero y propio de la potestad regia”, como se reconocía a comienzos del siglo XIV, el rey refleja su posición preeminente sobre la sociedad y muestra su interés de proteger a los débiles, de acuerdo con la ética cristiana. En esa línea de la importancia de la justicia real, la Audiencia, como institución encargada de la administración de justicia, adquiere una posición de institución fundamental dentro de los reinos.
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