Del concejo abierto se pasó al concejo cerrado o regimiento. El paso de uno a otro fue lento, pues aunque en algunas ciudades parece ser la obra del monarca, en otras fue un cambio paulatino producido por el hecho de que quienes s encargaban de los problemas del municipio solían ser los grupos poderosos (las oligarquías urbanas), que serían a las que luego el rey concedería el derecho a ser ellos quienes se encargaran de la administración municipal.
Esta institución estaba formada por alcaldes y regidores (equivalentes en cierta manera a los actuales concejales) en número diferente dependiendo de los municipios. Su papel era similar a la del concejo abierto, es decir, tenían las mismas funciones y poderes: administrar la hacienda, cuidar del mantenimiento del lugar, ocuparse de las relaciones con el rey y de conseguir de los habitantes los impuestos requeridos por el monarca, etc. |