La decadencia de la producción escrita afectó al negocio editorial. Las imprentas llevaron una vida lánguida durante la segunda mitad del siglo XVII, y se limitaban a editar, en mal papel, memoriales, romances o villancicos. Para conseguir una buena tipografía se acudía a imprentas de Amberes, París, Roma o Venecia, lo que, por otra parte, ayudaba a la difusión internacional de las obras.
En “El médico de su honra” Calderón presentaba la figura de un hombre que mata a su esposa por pensar que puede cometer adulterio, y la audiencia del teatro aplaudía que eso se hiciera. Otras muchas obras del teatro barroco trataban el tema de la honra. Contribuía así el teatro a introducir o confirmar ideas que eran comunes de la sociedad de aquel tiempo, entre las que la honra ocupaba un lugar primordial. |