 Intelectuales y pertenecientes a la burguesía media, los liberales defendían los principios del liberalismo, que habían penetrado en España a comienzos del siglo XIX pese a la censura oficial. La guerra y el ambiente revolucionario y patriótico de Cádiz extendieron sus ideas, que se concretaron en la Constitución de 1812.
Los liberales creían en la felicidad como aspiración de todos los hombres, en el progreso material y en las libertades individuales (de expresión, de reunión, de religión...). También en la propiedad privada como un derecho fundamental del ser humano, y en que la ley debe ser igual para todos y sólo debe haber diferencias de riqueza. El sistema político ideal es el parlamentario, y la labor del Estado es velar por esas libertades y la libre concurrencia económica.
Al volver el absolutismo, fueron perseguidos, y se exiliaron o se afiliaron a sociedades secretas. |