 Se llamó afrancesados a ilustrados provenientes de altas capas de la sociedad que aceptaron la renuncia de Carlos IV y de Fernando VII, y vieron en el régimen napoleónico la posibilidad de modernizar el país siguiendo el modelo liberal francés.
Los componentes de este grupo querían la supresión del régimen señorial y de la Inquisición, la reducción del número de conventos, la reforma del código civil y la administración. Exactamente lo que había hecho Napoleón en Francia: consolidar la revolución burguesa y restaurar el orden y la prosperidad.
Los afrancesados fueron tachados de traidores. Su incómoda posición llevó a muchos (unos 12.000) a exiliarse después de la guerra.
|