Un proyecto y una ilusión inicial
Contextualización del aprendizaje, motivación, uso de la tecnología como instrumento para acceder al conocimiento, adecuación y actualización de estrategias educativas y comunicativas para el alumnado del siglo XXI, nuevos roles del profesorado en la educación actual, herramientas para el trabajo dentro y fuera del aula, implicación de toda la comunidad escolar, proyección del trabajo hacia el exterior, entornos de aprendizaje reales…, fueron solo algunos de los objetivos y contenidos que se plantearon cuando, desde la Dirección General de Planificación y Ordenación Educativa, de la Consejería de Educación, Formación y Empleo, se creó el programa “Mi e-scuela”.
Sabíamos de la capacidad del profesorado y de su interés constante de superación, al mismo tiempo éramos conscientes de la necesidad de dar a conocer su trabajo diario (muchas veces no valorado y difundido como se merece) y sus posibilidades, junto a la dedicación constante del alumnado y su aprendizaje relacionado con el uso de la tecnología, pues se trata de su realidad cotidiana, sin perder de vista el entorno educativo y social, así como las posibilidades de colaboración de las familias.
La transformación que en la actualidad experimentan los centros era un motivo más que nos llevó a planificar este programa, desde la perspectiva de la web 2.o y sus posibilidades de expansión y uso, dentro del sistema educativo y el currículo formal, no formal e informal.
Era cuestión de arbitrar la organización suficiente para que todos estos condicionantes (y otros que irían surgiendo), se uniesen y pudiésemos obtener un programa dinámico, actual, a la vez que innovador y colaborativo, tanto dentro como fuera de las aulas, con un soporte de proyección al exterior y un asesoramiento dentro de las distintas posibilidades.
Cada docente y grupo trabajaría según su nivel de competencia digital. No importaba lo alto o bajo que estuviera, simplemente contaba la ilusión y las ganas de hacer algo diferente, unido a la experiencia y la destreza que desde muchos centros ya existía, junto al apoyo de un entusiasta grupo de profesionales. No se trataba de establecer una rivalidad entre los participantes, ni tan siquiera una referencia comparativa. Simplemente se buscaban nuevas propuestas de aplicación en el aula, de la tecnología que cada día nos es más habitual y conocida, adaptadas a las posibilidades de cada centro, grupo de alumnos o equipo del profesorado dispuesto a trabajar día tras día.
Con estas premisas y mucha ilusión, surge el programa “Mi e-scuela”, un intento de unir tecnología, colaboración y educación, desde un formato amable y sencillo, con el marco más habitual que el alumnado tiene día tras día: su centro educativo. Una convocatoria abierta, inicialmente, a un número de centros limitado, pero que ha llegado a contar con más de 70 solicitudes de participación, lo cual nos hizo replantearnos la idea inicial y aceptar a todas ellas, por la motivación existente y las ganas de participación que existía.
Se estudiaron otras propuestas de trabajo colaborativo existentes, se habló y se solicitó orientación con sus creadores (a los cuales agradecemos su colaboración) y finalmente surgió este programa (desde una sencillez inicial aparente en su planteamiento) que se ha convertido en un punto de referencia, respecto al uso de las tecnologías en las aulas y sus posibilidades de aplicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Una propuesta con claras perspectivas de futuro y que cada día va creciendo, gracias a su estructura y su planificación temporal.
Puesta en marcha y desarrollo
En el planteamiento del programa estaba claro que nos interesaba el papel protagonista del alumnado, donde ampliar las posibilidades de su participación activa y prepararlo para nuevos retos y necesidades. Sin duda se trata de una nueva dimensión, ya experimentada en otros contextos, donde el rol del docente pasa a una función orientadora, moderadora y quien reconduce el proceso, si observa que existe algún tipo de desviación sobre las propuestas iniciales. Pero sobre todo es con la ilusión, la motivación y, muy especialmente, con la pasión del alumnado, con la que se quiere contar. Premisas desde las que se producirá el aprendizaje más significativo y desde donde arrancar nuevas situaciones que se puedan producir en diversos contextos. Será esta pasión y esta motivación la que también afectará y contagiará a los docentes y, en un amplio número de casos, a las familias y a otros miembros de la comunidad: antiguos alumnos, antiguos profesores y profesoras…
Para el seguimiento del programa se creó inicialmente un espacio desde donde observar la evolución, y realizar el seguimiento. En él también se ha insertado el calendario de las tareas, el desarrollo de las mismas y las líneas generales del programa. Los visitantes podrán acceder a los diferentes blogs que se han creado por parte de los centros participantes y observar la evolución que se produce en ellos. Además existen referencias a una cuenta de twitter (@Mi_Escuela) creada para la ocasión (con su correspondiente etiqueta #MIEscuela). También se habilitó la posibilidad de participar en un muro, moderado, desde donde insertar mensajes de apoyo a los participantes, por parte de cualquier persona que quisiera hacerlo .
El programa tenía claro que había que dedicar un tratamiento especial a las competencias básicas, pero no solo desde una cita general de ellas, hacía falta dar al profesorado una primera concreción inicial curricular, desde donde tratar posibles tareas a realizar y planificar por el profesorado de los centros (relacionadas con las tareas del programa y otras que pudieran surgir) y desde esa perspectiva analizar la adquisición y desarrollo de las competencias básicas por parte del alumnado, según los diferentes elementos del currículo. Concreción que luego el docente deberá dimensionar aún más, contextualizar y desarrollar los correspondientes descriptores de cada una de las propuestas y competencias existentes.El programa tenía claro que había que dedicar un tratamiento especial a las competencias básicas, pero no solo desde una cita general de ellas, hacía falta dar al profesorado una primera concreción inicial curricular, desde donde tratar posibles tareas a realizar y planificar por el profesorado de los centros (relacionadas con las tareas del programa y otras que pudieran surgir) y desde esa perspectiva analizar la adquisición y desarrollo de las competencias básicas por parte del alumnado, según los diferentes elementos del currículo. Concreción que luego el docente deberá dimensionar aún más, contextualizar y desarrollar los correspondientes descriptores de cada una de las propuestas y competencias existentes.
Una vez admitidos los centros y con sus datos correspondientes, se abrió una lista de distribución, con la intención de mantener informados de forma constante a los participantes, tanto en lo referente al recordatorio de fechas y plazos de participación, como para facilitar artículos y enlaces de interés que surgieran durante el desarrollo del programa. Unido a esto se crearon documentos compartidos colaborativos (uno para cada tarea), de tal manera que el profesorado pueda comunicar al resto de compañeros, cómo desarrolla el trabajo, cómo se enfoca desde un centro determinado o desde un nivel en concreto. Este documento sirve para una nueva perspectiva de la colaboración, pues el profesorado (además de ver nuevas posibilidades de aplicación en diferentes contextos), comparte con el resto de compañeros y compañeras su trabajo, sugiere ideas, ayuda ante situaciones que puedan producirse y poco a poco va ampliando sus líneas de actuación.
Como el trabajo principal se desarrolla a través de un blog para cada uno de los centros, también se observó la necesidad de dotar a los participantes de recursos con los cuales realizar las tareas encomendadas. El audio, la imagen, el vídeo, el texto…, el correspondiente tratamiento y publicación, se habilitó un documento compartido, donde se han introducido recursos que puedan ayudar a cada una de estas funciones. Sin duda se trata de un interesante banco de amplias posibilidades donde, según necesidades y destrezas, encontrar la herramienta ideal que sirva para el cumplimiento de nuestros objetivos.
Pero lo principal, aquella parte donde se ha insistido en todo momento, ha sido la participación del alumnado. En ningún momento queríamos que fuera el docente el que elaborase enteramente el producto final de cada una de las tareas, debía ser el alumnado el que participase de forma activa en cada una de las fases necesarias: trabajo previo de investigación, elaboración y producción y publicación. Una tarea que se desarrollaría desde el primer mapa compartido que se realizó donde comenzar con las primeras actividades e ir ampliándolas, según las necesidades correspondientes, hasta la participación activa que se puede observar en cualquiera de los productos finales que en la actualidad ya están publicados: webquests, vídeos, fotografías, documentos colaborativos, informaciones variadas, lipdubs o cualquier otro producto final que se pudiera producir.
No se trata de usar las herramientas como mero escaparate de producción final, la cuestión es ir más allá: se trata de usar aquello que nos rodea, que le es habitual al alumnado (y conocido por el profesorado), que muchas veces no se usa dentro del aula (por los motivos más diversos) y ver sus posibilidades hacia el exterior, observar su potencialidad, sirviendo para canalizar las tareas con un claro enfoque competencial y de desarrollo social y real progresivo, de tal forma que la educación se enmarque en un espacio de utilidad y de ampliación constante, según las necesidades que vayan surgiendo y todo aquello que este hecho pueda significar, desde el nivel de los diferentes usuarios.
Los resultados no se han hecho esperar y, a raíz de las opiniones y comentarios que nos están llegando, la implicación está siendo total: padres, madres, antiguo profesorado…, todos ellos prestan su colaboración al desarrollo del programa, aportando su granito de arena a cada una de las tareas propuestas pero, sobre todo, observando la motivación del alumnado, su trabajo y su valía, que continúa con el desarrollo de los trabajos donde ahora están participando. Recomendamos se consulten y se observen los productos que se están elaborando y publicando, analizando el inicio y la evolución que se ha realizado, la participación activa del alumnado, su superación constante en los ámbitos más diversos y sobre todo la aplicación práctica de todo lo que se adquiere día tras día en los más variados contextos.
Ramón Doménech Villa
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) Asesor Técnico de la Dirección General de Planificación y Ordenación Educativa (Consejería de Educación, Formación y Empleo de la Región de Murcia).