En nuestro tiempo de ocio asumimos con naturalidad la fusión de la imagen y el sonido, convirtiéndose en una constante en nuestras vidas, desde el teléfono móvil, la televisión o por supuesto el ordenador. La comunión de los lenguajes se entiende como algo necesario para lograr comunicar y convencer; algo cada vez más difícil en una sociedad en las que estamos sobreexpuestos a la información y la publicidad.
Sin embargo, en el ámbito educativo en general, esta comunión audiovisual se traslada al uso de las TIC pero no se estudia la naturaleza de esta unión, algo que por otra parte, responde perfectamente a la supuesta globalización que se persigue especialmente en la educación primaria. Concretamente el área de artística responde a esta naturaleza común al comprender la música y la plástica bajo la misma área. En este sentido, las iniciativas que experimentan con la comunión audiovisual responden a esta globalización de la que venimos hablando.
Un buen ejemplo de ello es la realización de musicogramas o la propia representación gráfica del sonido. Estamos acostumbrados a proponer audiciones activas en las que se pinta lo que se escucha, y es sorprendente la estrecha relación que llega a tener el sonido y la imagen. Los musicogramas representan la visualización de la estructura de la música a través de un esquema que utiliza colores, símbolos y formas geométricas. La relación de estos elementos con la propia música no siempre obedece a necesidades musicales, siendo la principal función visualizar la estructura de la obra, más que la obra en sí.
Lo cierto es que hay numerosos ejemplos de estudiosos que han reflexionado sobre la naturaleza común del sonido y la forma o la imagen. Uno de los casos más representativos que reflexionó acerca de las relaciones pictórico-musicales es Wassily Kandinsky (1879-1949); sin duda uno de los máximos representantes del expresionismo pictórico; movimiento que encuentra su paralelismo en el expresionismo musical y en la figura de Arnold Schonberg (1871-1951) como paradigma del mismo, y con quien el pintor mantuvo una intensa relación. A parte de la obra pictórica del pintor ruso, resulta igualmente interesante los escritos que nos dejó y que nos ayudan a comprender su producción y su propio concepto de la obra artística. Es el caso de Punto y línea sobre el plano. Contribución al análisis de los elementos pictóricos. Como advierte el propio título de la obra, este libro presenta un análisis de los elementos básicos de la obra pictórica, y los asemeja a elementos musicales.
- KANDINSKY, W. (1996) Punto y línea sobre el plano. Contribución al análisis de los elementos pictóricos. Paidós Estética: Barcelona.
- ARNALDO, Javier (2003) Analogías musicales. Kandinsky y sus contemporáneos. Museo Thyssen-Bornemisza: Madrid.