Si hay un campo que explota al máximo el valor simbólico del color y la influencia en nuestra sicología es el de la publicidad. Todos y cada uno de los productos de consumo salen al mercado con un color estudiado al milímetro. En pantalla tienes una tabla de las asociaciones color-emoción más comunes utilizadas en publicidad.
¿No te has fijado como cambian los colores al comienzo de cada calle en una gran superficie? ¡Hazlo!, es como una tienda de ropa en la que todo se ordena por colores pero en este caso no es gratuito. En los lineales de los hipermercados cada producto intenta con su forma y con su color atraer nuestra atención en distintos aspectos según el producto, la edad o sexo del consumidor al que va dirigido.
Algunos quieren parecer saludables, de confianza; en otros interesa la elegancia o, simplemente, que sean atractivos y brillantes. Los detergentes siempre suelen ser azules o verdes para convencer de su frescura y limpieza porque automáticamente lo asociamos a la naturaleza que es verde o al agua azul. Además son azules y verdes intensos y saturados porque la mayoría juega en su slogan con su poder limpiador. Por el contrario, los suavizantes tienen esos mismos colores pero en tonos pastel para convencer de su suavidad. En el taller de actividades tienes varias para profundizar en este tema.