Un lápiz de grafito es el que seguro tienes guardado en tu plumier y con el que sueles dibujar. Desde su descubriendo en 1504 ha sido el gran aliado de todos los artistas para realizar los dibujos y bocetos de sus obras aunque muchos de ellos han llegado a adquirir el mismo valor que obras definitivas: por ejemplo tenemos estos trabajos de Picasso (1881-1973) que ves en la animación: bocetos y dibujos preparatorios del Guernica (1937) expuestos en el Museo Reina Sofía de Madrid. (Haz clik para agrandar en cada imagen).
La mina de grafito protegida por la cubierta de madera de tus lápices es un compuesto de carbón y arcilla mezcladas a altas temperaturas. Las minas que tienen menos arcilla son más blandas, más gruesas y el negro que dan es más intenso. Manchan más y son difíciles de borrar. Las minas que tienen más arcilla son todo lo contrario: más duras y manchan menos. También puedes encontrar el grafito en barras que permite hacer trazos más gruesos.