Esta técnica te permite trabajar con una gran variedad de instrumentos: pinceles, rotuladores, estilógrafos, cañas de bambú, palillos, incluso plumas de ave.
Aquí tienes cuatro ejemplos, prueba a pinchar en los rotuladores o pinceles; verás como aparecen los diferentes trazos.
Si además añades agua a la tinta obtendrás un efecto de claroscuro. Esta técnica recibe el nombre de aguada. Observa la imagen del retrato en tres cuartos. El contorno del dibujo, de trazo firme y rotundo, está trabajado con un palillo: éste se mojará directamente en la tinta. Debes ir degradando la línea a medida que avances en el trazo dando expresividad al dibujo.
A veces, puede interesar una línea de grafismo continuo sin ningún tipo de variación. Es el caso de la ilustración de Hajo Rose cuyo fin es informar objetivamente.
La rapidez del gesto sobre el papel y el material utilizado darán personalidad al trazo. En este caso hablaríamos de un boceto realizado en unos pocos minutos.