Puede que ya tengas afición por el dibujo, la pintura o el diseño. ¡Enhorabuena! En este caso, seguramente ya estarás familiarizado con algunas de las diferentes técnicas que tienes a tu disposición para expresar las ideas a través de estos bellos lenguajes.
Si no es así, ¡también habrás tenido alguna experiencia con las técnicas gráfico-plásticas! Cuando el profesor de dibujo te pide comprar unos materiales vas a la tienda especializada. El dependiente te ofrece un material bien presentado.
Quizás, sólo por su apariencia, ya has deducido que existen unas técnicas que son secas y otras que son húmedas. Empiezas a probarlas y experimentas lo que has pensado. Unas, las que se presentan en forma de lápiz o barra, se pueden aplicar directamente; otras, contenidas en un tubo, tarro o pastilla, deben ser diluidas para su uso. Asimismo, compruebas que unas son muy precisas, te permiten delimitar bien las formas. Otras, en cambio, son imprecisas pero te ofrecen varias calidades, colores más intensos y con textura.
Luego, está el papel donde estás pintando. No es lo mismo si pruebas estas técnicas sobre un folio, que sobre un cartón, que sobre una tela...