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Vikingos |
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Segundos
desplazamientos: Área atlántica. Desde el segundo tercio
del siglo VIII, los vikingos no se limitaron a saquear, sino que se
enfrentaron a los reinos anglosajones, y consiguieron acabar con Mercia
y East-Anglia, logrando al final del siglo IX instituir un reino escandinavo
en parte de Inglaterra, el Danelaw (899).
Tras su primer objetivo, las Islas Británicas, los normandos comenzaron las incursiones por el continente. A mediados del siglo IX los normandos situaron su núcleo de acción en torno al canal de la Mancha y a lo largo de la costa atlántica de la Galia.
En el año 845 incendiaron París, comienzo de una serie de ataques de esta índole, que llevarían a otros incendios de esta ciudad, y de ciudades importantes de su tiempo, como Santiago de Compostela, Lisboa o Sevilla. Entre los años 850 y 880 establecieron bases permanentes en los ríos Rhin, Sena, Loira y Garona. Estas bases les permitieron penetraciones más profundas.
Terceros
desplazamientos: Desde comienzos del siglo X, los vikingos
cambiaron de táctica. Comenzaron una etapa de asentamiento en los
territorios de Europa Occidental que les llevaría primero a ocupar
las tierras del Norte del reino franco, donde establecerían el ducado
de Normandía. Más adelante, un normando, Guillermo el conquistador,
conseguiría conquistar el reino de Inglaterra (1066) que de esa manera
acabó en manos de los invasores que la habían saqueado desde siglos
atrás.
Terribles piratas saqueadores terminaron por asentarse en territorios europeos, y no solo se contentaron con un ducado en Normandía, terminaron por dominar el territorio anglosajón de la Gran Bretaña. |
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