|
|
|
|
|
|
Germánicos |
|
- Protagonizada por godos, vándalos, burgundios, alanos
... que tuvieron que huir de la presión de los hunos. (continuación)
Las cosas cambiaron a la muerte de Teodosio (395), pues al dividirse el imperio entre sus dos hijos, la situación se agravó. Los visigodos asolaban los territorios romanos con regularidad, y además ante un nuevo empuje de los hunos (396), algunos pueblos germanos siguieron su avance hacia el Oeste.
Por la zona Norte del Imperio Romano algunos grupos penetraron en el territorio romano. Suevos, alanos y vándalos (asdingos y silingos) rompieron la frontera del Rhin en el 406, y tras cruzar las Galias, entraron en Hispania en el 409.
La resistencia, tanto en Galia como en Hispania, fue escasa. Suevos, vándalos y alanos se asentaron en las distintas provincias de Hispania, excepto en la Tarraconense. El emperador Honorio no se conformó, y utilizó contra ellos a los visigodos, que tras haber pasado por Italia y saqueado Roma, acabaron asentados en la Tarraconense, tras un foedus con los romanos, por el que se comprometían a ayudarles en su lucha contra los bagaudas (el bandolerismo rural), o en cualquier intento exterior o interior de disminuir el poder del imperio en Galia e Hispania.
Esta primera oleada de invasiones se caracterizó por la amplitud de los movimientos migratorios (del mar Negro a la Península Ibérica), y por haber dado lugar a los primeros estados bárbaros en suelo del imperio romano. El primer reino bárbaro fue el reino visigodo que se extendía por el sur de Francia y la Tarraconense y, tras la caída de Roma, el reino ostrogodo se ubicó en el territorio italiano (493).
Eran grupos minoritarios de invasores en comparación con la población invadida. Algunas cifras sugeridas por algunos historiadores indican que entre suevos, vándalos y alanos no llegarían a 200.000, los visigodos serían unos 80.000, y los ostrogodos podían ser unos 12.000 guerreros con sus familias.
|
|
|