Cuando pintamos con óleo se empieza aplicando una primera capa de óleo diluida en aguarrás que se llama mancha en la que se estructuran las grandes masas de color , la luz-sombra y las líneas generales de la composición.
Poco a poco se va aplicando el óleo con mayor consistencia. Podemos extender y fundir pintura con el pincel, o depositarla a gruesos pegotes con la espátula u otros instrumentos. La viscosidad del óleo fresco se presta a ser recorrido por el pincel, marcando la trayectoria del trazo como hacía Van Gogh (1833-1890) o arañándolo con rastrillos, peines, palos o cuchillos. Podemos aumentar el cuerpo del empaste del óleo mezclándolo con diversas sustancias: arena, polvo de mármol o de cristal.