Todas las materias, porque tienen superficie que puede ser vista y tocada, presentan algún tipo de textura visual y de textura táctil.
Algunas superficies son tan lisas que tienen una textura táctil escasa o nula. Producen imágenes que no nos indican a penas nada acerca de su estructura. Por ejemplo: no podemos notar por mucho que toquemos un trozo de mármol la estructura veteada que tiene, el dibujo de un azulejo o el trazo del lápiz sobre papel no rugoso. La textura de estas superficies sólo puede ser captada mediante la vista: sólo poseen textura visual.
En otros casos pasa al contrario. Sólo tocando un objeto conseguimos conocer su estructura. Cuanto el grano o grosor empieza a despuntar sobre el plano estimula el tacto. Al ver la segunda imagen te das cuenta de que la parte izquierda debe ser suave y la derecha no... pero tendrías que palparlo para saber hasta qué punto es poroso o áspero ese estropajo. En este caso hablaríamos también de textura táctil.