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 MODERNA |
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| 1.1 Tratado de Alcaçovas |
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Los tratados firmados en la Paz de Alcaçovas (4 de septiembre de 1479) intentaron zanjar las cuestiones que enfrentaban a Portugal y a Castilla: por un lado, la cuestión sucesoria en las llamadas tercerías de Moura, y, por otro, la paz perpetua con la que se renovaba la antigua paz de Almeirim de 1432, renunciando los castellanos a cualquier conquista en el reino de Fez y cualquier relación con las costas de Guinea a partir del cabo Bojador, limitándose su presencia a las islas Canarias y a la pobre franja litoral africana frontera a ellas. Aunque los Reyes Católicos trataron siempre de conciliar sus deseos de mantener la amistad con Portugal sin dejarse cerrar el camino al Atlántico, en esta ocasión, los portugueses supieron sacar ventaja de las dificultades iniciales con que aquellos se encontraron en el comienzo de su reinado.
El Tratado de Alcaçovas, ante todo, trató de poner paz en una guerra peninsular, pero no fue tan eficaz -ni fue su objetivo primero- en definir las áreas de navegación castellana o portuguesa en el Atlántico. A partir de su firma, los Reyes Católicos, al tiempo que reconocían la vigencia del acuerdo, procuraban sortear sus cláusulas más duras. Se ese modo, se reservaron la conquista de Melilla, trataron de incrementar las relaciones comerciales con Marruecos y, ante todo, refuerzaron la conservación de Canarias, donde colaboraban particulares con la Corona. Con las nuevas perspectivas que se fueron abriendo en el Atlántico, hacia el verano de 1490, hubo ya propuestas serias -al parecer portuguesas- que sugerían una revisión de las cláusulas acordadas en Alcaçovas.
Otros aspectos del Tratado retrasaron algún tiempo su cumplimiento, especialmente los relativos a las tercerías de Moura, sobre las que, finalmente, ambas partes llegaron a una solución que les libró de dicho compromiso (1483).
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OCÉANO ÍNDICO
