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MEDIEVAL |
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"Quien
no sabe rezar debe ir al mar".
Este dicho de Sancho Panza, que se encuentra de forma similar en muchos
países, refleja el miedo que un mar, el Océano Atlántico, inspiró
a los hombres durante muchos siglos, y especialmente durante la Edad
Media.
Ese miedo al Atlántico puede ser la razón de que hasta que no se perfeccionaron las artes de la navegación el Océano Atlántico no fue escenario de tanta intensidad como lo fue el Mediterráneo durante los siglos medievales.
No faltaron, sin embargo, marinos intrépidos, auténticos hombres de mar, que surcaron sus aguas. Piratas primero y conquistadores luego, los vikingos o normandos, hombres de las bahías, fueron los auténticos protagonistas de las obras representadas en los escenarios atlánticos. Sus correrías difícilmente pueden clasificarse en una categoría, pues fueron una mezcla de pirateo y conquista. De pirateo podrían clasificarse las de los primeros tiempos (desde finales del siglo VIII y el siglo IX), y de conquista o asentamiento las de los siglos X y XI. |
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