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Génesis |
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En el relato bíblico del Diluvio Universal, la tendencia hebrea hacia el monoteísmo atribuye únicamente a Yahvé la decisión de la catástrofe, quien igualmente defraudado por la corrupción de la humanidad habría puesto fin a su creación.
No obstante, la influencia de la epopeya de Gilgames es evidente al excluir del exterminio universal al anciano y justo Noé, a quien el dios revela sus intenciones y ordena la construcción de un arca de madera, con indicaciones precisas acerca de su elaboración y dimensiones. Siete días antes del inicio del Diluvio, Yahvé le indicará también a Noé la obligación de resguardarse en el arca con toda su familia -su mujer, sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet y sus mujeres respectivas- y varias parejas de animales seleccionados, siete parejas de cada especie cuando son puros y una pareja de cada especie impura, y los alimentos necesarios.
En vez de siete días, el Diluvio habría durado 40 y todavía habrían de transcurrir 150 más con las aguas a gran altura sobre la tierra hasta su paulatino retroceso, momento en el que el Arca se posaría en la cúspide del monte Ararat (Armenia), de 5.166 m. de altitud. Desde aquella cima y para comprobar la retirada de las aguas, Noé repetiría la suelta de aves, un procedimiento tradicional en la navegación durante la antigüedad para procurarse la orientación, liberando primero al cuervo y después a la paloma en sentido inverso a Utanapistim, aunque, según los cómputos efectuados, la señal se hizo esperar, obligando a los supervivientes a permanecer encerrados en el Arca un total de 371 días.
La ofrenda de un sacrificio al dios y el establecimiento de la Alianza sellarían el inicio de una nueva época.
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