|
|
|
|
|
|
Si consideramos catastróficos los efectos de la conquista y colonización americana por parte de Europa es por la ruptura completa de los modelos sociales, económicos, culturales, religiosos y políticos que supuso. Sistemas y organizaciones complejos y bien estructurados desaparecieron. La capacidad de reacción de las sociedades indígenas fue muy limitada, como limitadas fueron sus posibilidades de recuperación.
No obstante, si hay algún aspecto que refleje bien esa situación es el derrumbe demográfico americano. Como es sabido no disponemos de fuentes estadísticas ni de datos que permitan una cuantificación fiable de la población indígena. Las investigaciones se han basado en parte en la extrapolación de cálculos de los siglos XVI y XVII a los tiempos anteriores a la conquista. Tenemos datos sólo para determinadas zonas, y aún éstos deben tomarse con muchas precauciones. No obstante, los numerosos estudios realizados permiten dar algunas cifras aproximadas, pero sobre todo establecer una clara tendencia que parece innegable.
En cuanto a las cifras totales para la población indígena hacia 1500, la disparidad de datos ofrecidos por los especialistas es enorme: de 15 a 100 millones de personas. En general, se tiende a admitir hoy una población mínima de unos 80 millones de indígenas antes de la colonización hispana. La misma disparidad cuantitativa encontramos en los distintos ámbitos regionales.
En todo caso resulta indiscutible que la conquista y colonización
conllevaron un muy brusco descenso de población, si bien el derrumbe
no fue uniforme, sino que tuvo diferentes ritmos, afectando primero
a las áreas más pobladas, las zonas centrales. Sin olvidar, que se
trata de un proceso de cambio cualitativo que va mucho más allá de
la sola catástrofe numérica, dadas las causas
profundas que lo provocan. |
|
|