Actvidad de Investigación >Introducción
La filosofía, como saber y como ciencia universal, tiene unas características específicas que la distinguen de las ciencias particulares. Las diferentes disciplinas filosóficas (metafísica, cosmología, antropología, lógica, gnoseología, ética...) forman parte de ese esfuerzo unitario en el que la razón humana aspira a responder racionalmente y con verdad a todos los ¿por qué? que la realidad nos plantea. Movida por la admiración, la filosofía toma como punto de partida la experiencia de una realidad que pretende conocer en sus causas últimas o más profundas.
La filosofía es la ciencia de los fines, la que nos enseña cómo y para qué vivir. En ese sentido, la filosofía es la actividad más natural del hombre: No hay hombre que no filosofe, o por lo menos, todo hombre tiene momentos en su vida en que se convierte en filósofo. Si "sabemos mirar" comprobaremos que la actitud filosófica es intrínseca al hombre. Lejos de ser una "improductiva pérdida de tiempo y esfuerzo", la filosofía es la actividad más natural del hombre y necesaria para la vida.
Sin embargo, el concepto de filosofía permanece aún hoy en día bastante oscuro para muchas personas. Por lo general, suele evocar ideas muy dispares y confusas que ofrecen una visión restringida o parcial de la filosofía y, en algunas ocasiones, una interpretación errónea o incluso deformada.
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