En el siglo XX hay una serie de fenómenos que hacen que la dimensión social de la música cambie respecto a etapas anteriores. Analicemos detalladamente uno de ellos: la aparición de las nuevas vanguardias musicales.
Ya en el siglo XIX empezaba a vislumbrarse la separación la separación por un lado entre la figura del intérprete y compositor y por otro lado entre el músico y los gustos del oyente en ocasiones. (El músico hace música como le sale del alma) se solía comentar en un arrebato de la más pura estética :del Romanticismo.
En el siglo XX esta tendencia se ve acentuada por la aparición de las Vanguardias Musicales :
la influencia en la sociedad de las dos guerras mundiales hace que los compositores apuesten por nuevas ideas creativas alejándose así del Sistema Tonal predominante en las composiciones musicales desde casi 1600 hasta principios del siglo XX. Corrientes como el Futurismo, el dodecafonismo o el Serialismo integral no son asimiladas con facilidad por el público, acostumbrado durante siglos a composiciones tonales. Todo esto hace que el sistema de financiación de los eventos musicales varíe. Ya que el oyente acude mucho menos a escuchar este tipo de música simplemente porque no le gusta. Por ellos los compositores e intérpretes tienen que buscar otro tipo de fuentes de ingresos. Esta nueva vía de financiación es el Estado y las cajas de ahorro o diversas entidades que destinan parte de su presupuesto a financiar eventos culturales de diversa índole. Ante estas actividades financiadas a veces con dinero público hay personas que se manifiestan a favor porque considera que deben subencionarse actividades culturales
y defienden la expresión artística libremente. También hay detractores de este nuevo modelo de ingresos económicos por parte del artista ya que consideran que con el dinero de todos no deben financiarse a individuos (a veces incluso cuestionan su categoría como músicos) para que desarrollen las actividades a título personal y alejados de los gustos del público y los criterios estéticos socialmente aceptados.
La polémica está servida pero … ¿Qué hacer? Una de las soluciones más viables y que se utilizan en la actualidad para atraer a más público a los auditorios donde se interpreta música moderna es ofertar el los programas contemporáneos. Estas obras sirve de reclamo para el público, ya acostumbrado a escucharlas desde hace tiempo y al haber sido compuestas en el Sistema Tonal el oído no extraña los sonidos que la componen y la gente la entiende mejor.
Aún así es difícil resolver el problema porque a la sombra de las nuevas corrientes vanguardistas y modernas hay multitud de autores que sin ningún talento musical hacen música pensando que todo vale en el arte moderno. Esto genera indignación entre el colectivo serio de artistas y creadores y por otro lado produce un escepticismo entre el público general.