A.G. Conocer tu trabajo y leer tu currículum nos da una idea de una trayectoria en la que aparecen referencias a la composición, la música electroacústica, la educación musical, la ecología sonora, la audiovisión... ¿Cómo se entretejen estas experiencias?
S.E. Es muy interesante el término “entretejen” que usaste en tu pregunta. En verdad mi búsqueda profesional siempre ha estado basada en el transitar por diversos campos expresivos del arte con una actitud libre, curiosa, investigadora, sin filtros ni reglas esclavizantes. Si bien el eje de esta búsqueda siempre fue desde y a través de la música, me interesó indagar sobre el tratamiento y análisis de ella a través de diversos campos de acción como la educación, la tecnología, la composición, la ecología. Por tanto, la interrelación de estos campos, sus imbricancias, sus integraciones (o no), sus convergencias y en especial sus diferencias, se fueron dando natural y espontáneamente en un principio y luego ese paso experiencial me llevó ineludiblemente al paso teórico e investigativo. Mi lema fue y será el “trascender” los límites de las fronteras de los lenguajes y de las disciplinas y a través de ello, analizar los encuentros y desencuentros lexicales entre las diversos formatos expresivos de los sonoro y lo visual.
A.G. Has sido directora y creadora de dos licenciaturas con enfoques muy novedosos: Audiovisión y Enseñanza de las artes combinadas. ¿Podrías contarnos en qué consiste cada una de ellas, cuáles son sus principales objetivos, a quiénes van dirigidas y cuáles son sus salidas profesionales?
S.E. La Licenciatura en Audiovisión es una carrera de grado de cuatro años de duración, cuyo objetivo central es la formación de posproductores audiovisuales en el campo del sonido y de la imagen (por eso el tramo de tecnicatura de 3 años forma en cada una de estas especialidades y el tramo de licenciatura posterior de 1 año forma en la conjunción de estas dos especialidades).
La fortaleza de la carrera se encuentra en el hecho de que esta especialidad –por lo menos en Argentina– era propia de una formación empírica o a lo sumo terciaria, pero no universitaria. Solo cuando nació esta Licenciatura en la Universidad Nacional de Lanús, en el partido de Remedios de la Escalada, provincia de Buenos Aires, apareció la oportunidad de una formación universitaria en el campo (campo no explorado por ninguna universidad en América ni en Latinoamérica, hasta el momento de su surgimiento en el año 1997).
Esta carrera va dirigida a aquellos interesados en la edición final de un producto sonoro y/o audiovisual pero a la vez a aquellos interesados en conocer en profundidad cuestiones de la grabación en audio y video, de sus producciones artísticas contemporáneas, y del aporte de la tecnología a nivel alto en problemáticas de 3D, realidad aumentada, etc.
La salida laboral es inmensa puesto que nuestros egresados se insertan fácilmente en el mundo de las productoras sonoras y audiovisuales, en los medios de comunicación y en el campo artístico y educativo.
En cuanto al Ciclo de Licenciatura en Enseñanza de las Artes Combinadas, es una carrera de dos años de duración, dirigida a educadores de arte de todas las especialidades que posean título terciario oficial de no menos de 3 años de duración. Se dicta también en la Universidad Nacional de Lanús.
El plan curricular se desarrolla en base al estudio de tres lenguajes: el sonoro, el visual y el corporal, y la estructura metodológica está dividida en cuatro campos: el del panorama teórico cultural general (en el primer cuatrimestre), el del análisis de los lenguajes específicos de la música, el teatro-danza y la imagen (en el segundo cuatrimestre), el de las didácticas de la música, el teatro-danza y la imagen (en el tercer cuatrimestre) y el de la investigación, la tecnología y el taller de integración (en el cuarto cuatrimestre).
Está dirigido a educadores de arte que deseen incorporar a su especificidad de expresión, una visión integral del arte a través de sus convergencias lingüísticas y expresivas.
La salida laboral es lógicamente la docencia con una visión más plural y moderna que la tradicional, pero también la producción de espectáculos integrales con la inclusión de recursos tecnológicos multimediales.
A.G. Uno de los temas recurrentes en tus escritos es el de la integración de las artes. ¿Por qué integrar?
S.E. Las experiencias innovadoras interdisciplinarias en las artes refieren a un hacer original y personal en un campo poco o nada conocido construyendo desde espacios diferentes y a su vez complementarios. Si esto fuera así, se podría decir que escasamente podríamos hablar hoy en día de experiencias innovadoras en las artes puesto que el arte en toda su historia transitó naturalmente la interdisciplinariedad combinando lenguajes diferentes, buscando paridades expresivas, nucleando pensamientos convergentes, conduciendo un discurso global desde discursos particulares; la ópera, el ballet, el teatro, la comedia musical, el film y las producciones audiovisuales de todo tipo, dan cuenta de ello.
Sin embargo, las experiencias innovadoras interdisciplinarias actuales estarían dadas por la integración o combinación de las artes. Desde lo conceptual, se entiende por integración el “dicho de las partes”, el constituir un todo, o también el aunar o fusionar dos o más conceptos divergentes entre sí, en uno solo que los sintetice.
La interdisciplina artística lleva en sí misma la impronta del riesgo, del ir más allá, de trasvasar los límites de lo estatuido, pero dentro de las propias reglas que se impone el espacio fronterizo, como territorio particular de cruces y confrontaciones.
Este concepto de integración, también incluye el concepto de síncresis que tal como manifiesta Michel Chion el cual no implica una supuesta redundancia entre dos campos lingüísticos ni una relación de fuerzas entre ellos, sino un percibir los dos campos como uno solo, unívoco, indisoluble, nuevo. Entonces, la integración tiene que ver con la síncresis, dado que ella refiere a la expresión en una sola forma de dos o más elementos lingüísticos diferentes.
Así es que yo defino a las artes integradas como unidas por un punto de interacción en el que se transita el cruce de lenguajes, la interlexicalidad de los mismos, así como la fusión y síncresis de sus fronteras, desdibujando los límites formales de sus discursos.
A.G. ¿Piensas que la integración de las artes es posible en las escuelas? ¿Cómo hacer esta idea compatible con los currículos que, en la mayoría de los casos, se organizan en materias independientes como la plástica, la música y, en el mejor de los casos, el teatro?
S.E. Se puede analizar el estado actual del problema de la enseñanza de las Artes desde diversas variables.
Actualmente, los profesores de Música, Plástica, Danza, Teatro o cualquier otra de las llamadas “Bellas Artes”, absorben en su totalidad las variables de la oferta educativa artística escolar, terciaria y universitaria. Los conocimientos y herramientas pedagógicas que poseen para este desempeño, están generalmente fuera de las necesidades actuales del arte, y fueron adquiridos en compartimentos estancos, diferenciados y especializados sin ningún tipo de formación integral. En general, el músico no conoce de la imagen ni del teatro y la danza, el plástico poco sabe de la música, el teatro y la danza, el artista de teatro, poco sabe de la música y la plástica.
Se observa, por tanto, una cierta falta de adquisición de las ideas renovadoras respecto de los principios que gobiernan a las artes combinadas como emergentes de lenguajes interdisciplinarios, a la luz de lo que en los últimos tiempos se ha descubierto a través de la psicología del desarrollo y de la psicología genética.
Sin embargo, la cultura artística del hombre de nuestro tiempo –ya sea como hacedor o simplemente como consumidor– es de alto nivel en varios países, por lo cual, los artistas ocupan lugares destacados en el mundo.
Esta realidad no tiene el mismo nivel en el mundo de la educación. En Argentina, por ejemplo, el docente de arte arrastra aún una asignatura pendiente en el campo educativo. Nuestra escuela sigue considerando al Arte una “materia de complemento, de entretenimiento” que no transita el campo fértil de la investigación y por lo tanto se encuentra desprendida de la modernidad que ha llevado a las más avanzadas investigaciones mundiales de las Ciencias de la Cognición a considerar a las distintas expresiones artísticas como fundamentales para la formación integral del hombre.
No se ha implantado aún, en la casi totalidad del espectro de la educación artística, el “aggiornamiento” suficiente para que el docente de Arte actual sea capaz de reflejar en el aula el amplio, variado e interdisciplinario desarrollo que las “Bellas Artes” han tenido en el plano de la creación.
Otro aspecto del problema se centra en la falta de conocimiento de autores como Sloboda, Meyer, Jackendoff, Barthes o Imberty, entre otros, quienes no son conocidos en nuestro medio educativo por la dificultad idiomática, ya que tampoco está debidamente desarrollado en nuestro país el estudio de otras lenguas, en especial el inglés. En la actualidad, no es posible transferir conocimientos ni experiencias de Arte, sin el manejo de por lo menos uno de los principales idiomas en que se transmite la cultura porque no alcanza con conocer solamente la cultura circunscripta a la lengua de pertenencia.
También cabe en este análisis observar que en el pasado; solo los poseedores de talentos excepcionales estaban capacitados para proponer innovaciones a la tradición, quienes eran a su vez los responsables de indicar los caminos del progreso. Era necesario “ser consagrado” para convertirse en referente de cambio, de evolución, de formación de estilo o escuela artística. Viejas y anquilosadas concepciones de la enseñanza artística continúan concibiendo que sólo es posible enseñar Arte a los alumnos poseedores de “talento o tendencia natural” para el arte. Conceptos de este tipo, operarían como elementos de juicio apriorístico, para definir la competencia o falta de competencia del estudiante. Las Ciencias de la Cognición, en su avance actual, demuestran que el Arte –igual que cualquier otro objeto de conocimiento– se desarrolla por medio del estímulo y de la educación, por lo cual, con adecuadas metodologías, cualquier niño o joven con “talento normal” puede alcanzar un grado artístico elevado y puede adquirir competencias válidas en el campo de su vocación.
Finalmente, y quizás como problemática central de este análisis, podríamos observar el rol social que la enseñanza de las artes integradas tiene hoy. La falta de maestros y/o profesores especializados en cada disciplina artística, así como ciertos factores de tipo presupuestario y de grandes distancias en regiones apartadas y sin medios de transporte, harían necesaria la presencia en el aula de un docente con competencias y habilidades múltiples, capaz de desempeñarse tanto en la música, la danza, el teatro como en la plástica, de acuerdo a las necesidades educativas, o de las características culturales del lugar donde se desempeña. De este modo promoverá la expresión libre y creativa, con identidad regional, integrando escuela y familia y en especial, potenciando las vocaciones de cada alumno. Así, en lugar de “imponer” la clase de música o de plástica, el docente será una especie de gestor cultural, un animador que guiará el hacer expresivo individual dentro de una composición grupal.
A.G. ¿Están los docentes preparados para abordar proyectos en los que las artes se integren?
S.E. Hummm… preparados a priori, no sé. Pero una vez “revelados”, sí... sin dudas.
Todo comienza por el convencimiento. Hay que trabajar duro para romper las fronteras del conocimiento tradicional, de los prejuicios, del “mejor malo conocido que bueno por conocer”, del no es posible, no es fácil, de los no, no, no...
Cuando en las prácticas y teorizaciones de las clases de formación universitaria se les demuestra que los límites metodológicos no existen sino que se los pone uno mismo por inseguridad; cuando se les demuestra que la sociedad toda en la que vivimos integra lenguajes, pensamientos, ideologías, políticas; cuando se les explica que así como se puede ser padre o madre y a la vez hijo o tío, o amigo o hermano, es decir, cuando se habla de la capacidad del hombre para asumir diferentes roles en diferentes momentos de vida y que esos momentos dan nuevas realidades y verdades, comprenden que la flexibilidad, el permiso para trascender está a la mano y el arte es claramente el mejor campo para expresarlo.
Eso sí, paralelamente hay que enseñar las nuevas reglas de ese accionar integral, hay que codificarlo, nominarlo, estructurarlo porque si no hablaríamos de un “caos expresivo” sin orientación ni discurso. Por tanto, una vez conocidos los nuevos recursos lingüísticos, el campo expresivo se abre de una manera generosa y permite la creatividad y la libertad expresiva, pero desde una base teórico-práctica adquirida metodologícamente.
A.G. ¿Hacia dónde va o debería ir la educación musical en un mundo audiovisual?
S.E. Justamente la educación musical debería ir hacia ese mundo audiovisual. Tal como dice Michel Chion “no se ve lo mismo cuando se oye, ni se oye igual cuando se ve”. Este axioma –casi una declaración jurada o testamento de su pensamiento general– indica que hoy estamos en un mundo audiovisual y que el “contrato audiovisual” es un hecho ineludible. Por tanto, se transmite, se comunica desde los dos lenguajes y la percepción del mensaje llega desde la conjunción de ambos. Es importante entender que aunque estemos “escuchando” un concierto en vivo, en realidad estamos “audioviendo” un concierto en vivo pues los gestos de los instrumentistas y el director, la proxemia de la instalación escénica, la iluminación y acústica del teatro, la gente que constituye el público y por tanto el clima sonoro y visual del mismo, inciden en nuestra percepción. Por tanto, ese “vivo” del espectáculo es eso, un espectáculo audiovisual centrado en un mensaje sonoro (orquestal, lírico, solista, etc).
A.G. Parte de tu trabajo ha estado vinculado a la ecología sonora. ¿Es este un contenido que puede trabajarse en la escuela? ¿Pertenece al ámbito de la música o, por el contrario, lo trasciende?
S.E. Sí efectivamente. La concientización sobre la polución sonora en el medioambiente fue y es otro campo de mi preocupación y en una época fue también un campo de ocupación y produccion. Por las décadas de 1990 y 2000 me dediqué a trabajar sobre este problema organizando encuentros internacionales, cursos en diversos lugares del mundo, escritos y el libro Ecología Acústica y Educación. Bases para el diseño de un nuevo paisaje sonoro que mereció en España el Premio EMBAT consistente en la publicación del volumen por la Editorial Graó en el año 2005. De hecho he escrito también sobre el tema en capítulos de libros y revistas españolas.
Este campo de la ecología sonora fue desarrollado por mí desde diversos espacios de análisis y producción:
- Desde la salud auditiva contemplando los problemas acústicos y de pérdida de audición.
- Desde la recreación y reflexión a partir del diseño y realización de caminatas sonoras y de silencio en la naturaleza, con metodología pautada en su desarrollo para la concientización de la Escucha Reducida del medioambiente.
- Desde la educación instalando contenidos de este campo en las currículas escolares, en el dictado de cursos extracurriculares, en la realización de talleres educativos para niños y docentes.
- Desde la investigación llevando adelante proyectos con grupos de docentes investigadores, estudiantes universitarios y especialistas de la salud auditiva, ingenieros de sonido, etc. En la actualidad dirijo el proyecto “El ruido en el Municipio de Lanús”, dedicado a la medición del medioambiente sonoro de esta localidad de la provincia de Buenos Aires y la relación del mismo con los vecinos habitantes del lugar.
- Desde el arte, diseñando proyectos con artistas y estudiantes de creación de obras interdisciplinarias ecologistas, instaladas en ámbitos de la naturaleza.
Respecto a la segunda parte de la pregunta, contestaré simplemente citando a John Cage cuando decía que la música existe dentro y fuera de la sala de conciertos, y que el silencio no solo es parte de la música sino que la contiene puesto que cada sonido que suena se produce antes y después de un silencio.
A.G. También eres codirectora artística del Festival Acumástico y Multimedial "Sonoimágenes". ¿Puedes contarnos algo sobre este evento?
S.E. El Festival fue creado en el año 2000 por quien escribe junto a Daniel Schachter y Raúl Minsburg, compositores electroacústicos y profesores de la Licenciatura en Audiovisión (carrera que creé y dirigí hasta el 2011).
Consideramos al Festival como un brazo artístico emergente de los objetivos curriculares de la Licenciatura, dado que ésta es una carrera que forma principalmente a técnicos y posproductores de imagen y sonido, pero no a artistas. Sin embargo la tarea profesional de nuestros graduados frecuentemente tiene competencias de participación, colaboración y hasta de diseño sonoro y visual en el mundo artístico tanto para sonorizar o espacializar un espectáculo de música electroacústica o para intervenir en la creación y difusión de un video arte.
De tal modo que el Festival nació con la intencionalidad central de proveer de un ámbito de praxis profesional a nuestros alumnos y graduados, a la vez que crear un nuevo espacio de difusión del arte sonoro y visual electroacústico que había perdido campo en los últimos tiempos en nuestro país, dada la desaparición de grupos e instituciones artísticas de esta especialidad. Con el tiempo, el Festival adquirió renombre internacional ya que en los 12 años que lleva de vida realiza permanentes intercambios con artistas de todas las latitudes.
A.G. Tengo entendido que actualmente diriges el Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología "Abremate". ¿Qué presencia tienen las artes en este proyecto?
S.E. El Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología – CICyT “Abremate”, dependiente de la Universidad Nacional de Lanús, es un museo dedicado a la promoción y el conocimiento de la ciencia y la tecnología a través de módulos interactivos expuestos en su sala de exposición y a los cuales accede el público para jugar y conocer, acompañados por docentes-guía, empleados del museo.
El CICyT posee 63 módulos (juegos) en la sala de exposición fija y 42 módulos (juegos) en la Muestra Itinerante que va a escuelas e instituciones de todo el país de acuerdo a los requerimientos que se realicen.
Permite conocer la historia y evolución de la ciencia y la tecnología a través de caminos diferentes (el de la física, la biología, la electricidad, la anatomía humana, etc.), pero siempre a través del juego y de la praxis interactiva.
Desde el 2011 la Universidad ha requerido mi gestión al frente de este organismo, para promover la integración de la ciencia y la tecnología a través del arte.
Por ello estamos llevando adelante un plan de acción que incluye el diseño de nuevos módulos creados por artistas escultores, plásticos, sonoros y audiovisuales, un programa “Cultura en acción” que incluye la presentación de obras teatrales para niños y jóvenes basadas en temas de ciencia y tecnología, un ciclo de conferencias-concierto donde se presentan artistas junto a científicos y como ya mencioné en una pregunta anterior, el inicio de carreras de posgrado cuyas temáticas relacionen al arte con la tecnología y la ciencia.
Este ámbito de acción también está iluminado por la idea constante de mi accionar, en la cual las fronteras de las especifidades se “irradian” y por tanto los conocimientos se influyen unos a otros y esto es lo que conforma la sociedad globalizada o la “Aldea Global” al decir de Marshall McLuhan.
A.G. En tu web hablas de tu trayectoria profesional como una experiencia plena de diversidad en las búsquedas y los encuentros. ¿Qué busca hoy Susana Espinosa? ¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
S.E. Qué pregunta interesante. Para responderla te diré porqué hice el Doctorado en Filosofía a tan elevada edad (lo comencé 6 años atrás y estoy a punto de entregar mi tesis la cual obtendré posiblemente el año próximo, en el que tendré 68 años).
Ese doctorado me permitió afirmarme en mi búsqueda de siempre: construir eternas preguntas con respuestas difíciles o imposibles de obtener. Es decir, proponerme desafíos para abrir campos nuevos de indagación, de investigación y si se puede de construcción. Generar proyectos, y proyectos, y proyectos, mientras la salud –en especial la mental– me lo permita.
No hay nada más hermoso que saber que no se sabe nada (aún a riesgo de que esta frase parezca remanida). Mi proyecto es no perder el espíritu curioso y a través del mismo, si es posible, construir y construir. Hoy por hoy, me siento capaz de afrontar cualquier campo de acción (la ciencia, la tecnología, el arte, la educación...) porque tengo como base el saber que bien asesorada y constituyendo un buen equipo de colaboradores expertos, tengo la capacidad para conducirlos hacia la obtención del producto que sea.
Concretamente entre los proyectos inmediatos se encuentra el diseño de dos seminarios de posgrado en relación a la ciencia, el arte y la tecnología y posteriormente el diseño de una maestría en este campo, indagando sobre la enseñanza y la producción científica a través del arte. Estos proyectos han sido pedidos por las autoridades de la Universidad Nacional de Lanús, donde serán luego aplicados y desarrollados.
Y para más adelante, cuando ya esté jubilada, tengo en carpeta la escritura y edición de tres libros con pack audiovisual: uno sobre la enseñanza de la música en la escuela secundaria (una versión remozada de la obra gráfica, sonora y visual “Resonancias”, escrita junto a Silvia Malbrán y Silvia Furnó y editada por Ricordi en la década de 1980), otro sobre la improvisación instrumental-vocal contemporánea y su aplicación en la educación artística, y otro sobre las Estéticas Sonoro-Visuales Contemporáneas con la presentación de la metodología de enseñanza y las producciones artísticas de mis alumnos de la Licenciatura en Audiovisión de la Universidad Nacional de Lanús.