Otra técnica muy espectacular es el Rakú. Se trata de una técnica de origen japonés. Para realizar un rakú, se utiliza arcilla refractaria a la que se le aplican esmaltes especiales a base de metales. La cocción se realiza en horno abierto de gas y cuando la arcilla está al rojo vivo, a unos 1200º, se extrae y se introduce en serrín. Tras este proceso, los resultados metálicos son muy especiales.