MONOGRÁFICO: Presentaciones Orales en Primaria Imprimir
CAJON DE SASTRE - Cajon de sastre
Escrito por Maria Vilaubí Monllaó, Celia Alba, Carles Caño Valls   
Venres, 01 Outubro 2010 00:00
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En este monográfico se pretende "reeducar" a los maestros en el arte de las presentaciones en público para que, a su vez, eduquen a sus alumnos de tercer ciclo de educación primaria. ¿Y por qué decimos "reeducar"? Porque existe una tendencia generalizada a copiar unos mecanismos establecidos que se han dado por válidos, pero que dan como resultado presentaciones tediosas y estériles.

Autores:

Maria Vilaubí: Análisis en el aula de vídeos de presentaciones
Celia Alba: Guía para preparar la presentación oral
Carles Caño: Propuesta de estructura para la presentación oral y Cómo diseñar las diapositivas de la presentación oral


Análisis en el aula de vídeos de presentaciones

El mundo de las presentaciones en público nos resulta familiar a todos. Es más, cualquiera que conozca los rudimentos de programas informáticos del tipo PowerPoint, Impress o Keynote podría creer que posee la herramienta necesaria para ofrecer un producto con un acabado elaborado y profesional. Si a esto le añadimos la experiencia que puede dar el enfrentarse asiduamente a este tipo de situaciones, incluso podríamos pensar que las presentaciones en público no tienen ningún misterio para nosotros. Al fin y al cabo, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Pues, desafortunadamente, no es así. Seguro que a muchos de nosotros nos viene a la cabeza ese profesor que, a pesar de llevar muchos años ejerciendo la docencia y de conocer bien su materia, nunca llegó a conectar con sus alumnos. Daniel T. Willingham, en su libro Why don't students like school?, dice que tener experiencia solamente significa que te dedicas a una actividad, mientras que tener práctica implica que intentas mejorar tu rendimiento. De modo que, por muchas presentaciones en público que llevemos a nuestras espaldas, si no tenemos claras unas pautas, lo único que conseguiremos es acrecentar nuestra experiencia perpetuando errores, pero no nuestra práctica. ¿Y cómo se adquiere la práctica? Pues convirtiéndonos en espectadores de segundo nivel. O, lo que es lo mismo, espectadores que no sólo atienden al qué, sino que también analizan el cómo. Si nos fijamos en cómo son las presentaciones a las que asistimos, o incluso si tomamos perspectiva respecto a nosotros mismos, podremos tomar consciencia de cuáles son los secretos de una buena presentación y podremos acabar con los malos hábitos.

En este monográfico se pretende "reeducar" a los maestros en el arte de las presentaciones en público para que, a su vez, eduquen a sus alumnos de tercer ciclo de educación primaria. ¿Y por qué decimos "reeducar"? Porque existe una tendencia generalizada a copiar unos mecanismos establecidos que se han dado por válidos, pero que dan como resultado presentaciones tediosas y estériles. Los niños hacen sus primeras presentaciones en la escuela, y muy probablemente seguirán haciéndolas durante su vida profesional. Pero no existe ninguna asignatura que trate este tema; nadie les enseña a hacer buenas presentaciones. Esperamos que desde aquí podamos contribuir a atajar el problema desde la raíz, a convertir a los futuros presentadores en personas con buen criterio a la hora de transmitir su mensaje a un público cada vez más exigente.

Consejos para el maestro para guiar a sus alumnos

La intención de este ejercicio es guiar al maestro en el análisis de presentaciones para que pueda enseñar a los alumnos a tomar consciencia de aspectos relevantes para hablar en público. Vamos a estructurar el proceso en seis pasos. Los dos primeros serán previos al trabajo en clase y consistirán en la búsqueda y el análisis de los vídeos por parte del maestro. Los cuatro pasos restantes serán propiamente el trabajo en clase, con los alumnos. Los pasos que proponemos son los siguientes:

  1. PASO 1

El primer paso es buscar vídeos de presentaciones que reflejen aquellos puntos que se quieren trabajar. Algunos lugares donde encontrarlos pueden ser en páginas web como Youtube, TEDxBarcelona, TEDxMadrid, etc. Deberían ser vídeos lo suficientemente cortos como para tener tiempo para comentarlos en la misma clase. En nuestro sistema escolar las sesiones son de una hora, aunque realmente suelen reducirse a cincuenta minutos. Si dedicamos todo el tiempo a ver un vídeo y dejamos los comentarios para otra sesión, los alumnos habrán olvidado una parte importante de lo que vieron en la sesión anterior.

No está de más hacer hincapié en que el nivel del tema que se expone en el vídeo debería ser adecuado para niños de tercer ciclo de primaria. No es necesario que se trabajen contenidos del currículo del curso. Solo con que sea asimilable para ellos será suficiente.

  1. PASO 2

El segundo paso consistirá en analizar algunos aspectos de los vídeos de presentaciones que después se podrán comentar en clase. Veamos cuáles son:

  1. ¿El presentador cuenta historias?

No hay nada que llame más la atención de cualquier audiencia que explicar historias, anécdotas, ejemplos o incluso chistes que tengan relación con lo que se está diciendo y ayuden a comprenderlo mejor. Además, todo aquello que se explica con historias permanece durante más tiempo en nuestra memoria.

  1. ¿Utiliza algún objeto?

Cierta profesora, en una de sus clases, llevó un globo amarillo pintado con puntitos rojos y, mientras lo hinchaba, iba explicando la teoría de la expansión del universo. ¿Es posible ser más explícito ante un tema tan intangible? La concreción que transmiten los objetos cotidianos, especialmente cuando se trata de explicar contenidos abstractos, hace que los alumnos capten mejor las ideas y las guarden en su memoria durante más tiempo. Eso se debe a que tienen un referente físico y familiar al que acudir.

  1. ¿Interacciona con la audiencia?

Lanzar preguntas del tipo "¿Quién tiene internet en casa?" o "¿Cuántos de vosotros nacisteis en otro país?" ayuda a implicar a la audiencia. Se trata de formular una pregunta fácil, de respuesta inmediata y cerrada. Seguramente los niños se apresurarán a levantar sus brazos para participar.

  1. ¿Fomenta la curiosidad?

También existe el tipo de pregunta que normalmente nadie sabe responder pero que despierta la curiosidad de todos. "¿Sabéis por qué aparecen manchas blancas debajo de las uñas?". "¿Alguien sabe por qué tenemos hipo?". Estas preguntas son como anzuelos que, si se saben aprovechar, pueden mantener a la audiencia pendiente de la respuesta. Se puede ir dando pistas para que los alumnos lleguen a conclusiones por sí mismos, o se les puede decir que la respuesta se revelará al final para así mantener el misterio y asegurarse su atención.

  1. ¿Cuida el lenguaje corporal?

Un presentador que se mueve demasiado por el escenario o que, por el contrario, se queda inmóvil, transmite una sensación de nerviosismo que puede llegar a incomodar a la audiencia. Lo ideal sería mantener el aplomo en los gestos y no quedarse quieto en un sitio. El presentador debería ir moviéndose prácticamente por todo el espacio del que dispone, acercándose lo máximo posible a todos los asistentes.


Fotografía de fotorose

Lo más seguro es que ni siquiera seamos conscientes de nuestros movimientos cuando estamos haciendo una presentación en público. Algo que sirve de gran ayuda es grabarnos en vídeo mientras ensayamos. Es sorprendente la cantidad de tics y muletillas que vamos haciendo a lo largo de la presentación sin darnos cuenta. Si nos vemos en vídeo, seremos conscientes de ellos y podremos remediarlos. Un truco bastante útil para la gente que es consciente de sus propios tics o que no sabe qué hacer con sus manos es sostener algún objeto, como por ejemplo un bolígrafo, para tenerlas ocupadas.

  1. ¿Establece una conexión visual con el público?

Hay gente que cree que fijarse en un punto neutro y hablar hacia éste como si se estuviera solo es un buen método para controlar los nervios. Y quizás sea verdad. El problema es que haciendo esto nos aislamos en medio de toda la gente. Es importante dar a entender que se les tiene en cuenta, que el mensaje va dirigido a ellos. Es más, lo ideal sería que, antes de empezar a hablar, nos tomásemos unos segundos para hacer un barrido visual e intentásemos ver todas las caras. Es un gesto que no sólo transmite el mensaje de que se está estableciendo contacto con la audiencia, sino que también sirve para tranquilizarnos y, lo más curioso, crea tanta expectativa entre el público que éste estará esperando a que empecemos a hablar. Cualquier maestro o profesor sabe el poder que tienen los silencios en momentos de barullo estudiantil.

  1. ¿Utiliza algún tipo de soporte visual?

El uso de programas tipo PowerPoint puede ser muy útil a la hora de hacer una presentación siempre que se usen correctamente. Las diapositivas deben tener poco texto, mucha fuerza visual y ser simples. No se debe usar el PowerPoint como si fuera un documento Word. Si llenamos las diapositivas de texto y durante la presentación nos dedicamos a leerlo, estableceremos una gran distancia con la audiencia y conseguiremos que esta desconecte de aburrimiento. Además, ¿qué sentido tiene que un presentador lea un texto que el público puede leer por sí mismo? (Más adelante veremos consejos para usar el programa PowerPoint correctamente).

Para profundizar más en cómo no debería ser una presentación, ver el artículo Los diez peores hábitos en las presentaciones.

3. PASO 3

El tercer paso tendrá lugar en el aula. Antes de proyectar el vídeo, el maestro deberá hacer hincapié en los aspectos en que quiere que los alumnos se fijen. Por ejemplo, si lo que se pretende es trabajar el lenguaje corporal, el maestro puede pedir que se fijen en cómo el señor que va a aparecer en pantalla se mueve por el escenario, en si hace gestos con las manos o si por el contrario las tiene todo el rato en los bolsillos, en si tiene algún tipo de tic, etcétera. Y si para ello quita el sonido del vídeo, el efecto será aún mayor.

Si lo que se quiere analizar es la calidad del soporte visual (el PowerPoint), después de haber visto el vídeo se les puede preguntar lo siguiente:

  1. ¿Qué os han parecido las diapositivas?

  2. ¿Cuál recordáis mejor?

  3. ¿Cuál os ha gustado más y cuál menos?

  4. ¿Qué cambiaríais?

Estaría bien que, antes de explicarles cómo deben ser las diapositivas, veamos cuál es su criterio sobre el buen uso del PowerPoint. Es muy probable que piensen que un buen PowerPoint tenga diapositivas cargadas de texto, de animaciones y de transiciones. A partir de ahí, se les puede hacer analizar qué pasa cuando las diapositivas son como ellos proponen, cómo responden ellos ante tales presentaciones. Por ejemplo, se les puede preguntar:

  1. Cuando veis una diapositiva con mucho texto, ¿lo leéis todo? ¿Os aburre o bien os parece divertida?

  2. ¿Qué recordáis mejor, una diapositiva que explique con texto la expansión del universo o unas imágenes que lo ilustren?

  3. ¿Las animaciones os ayudan a entender el texto o más bien os distraen?

Este método mayéutico de llegar a la respuesta correcta mediante sus propias conclusiones hará que entiendan por qué deben trabajar de este modo y lo recordarán más fácilmente.

4. PASO 4

Fotografía de lanuiop


Una vez que se ha incidido sobre qué aspectos del vídeo tienen que considerar, ya se puede empezar la proyección. Se propone que el primer pase sea de una tirada.

5. PASO 5

Tras la primera visualización, se puede hacer una lluvia de ideas. Se les puede hacer preguntas del tipo:

  1. ¿Qué os ha parecido?

  2. ¿Os ha gustado?

  3. ¿Qué recordáis?

  4. ¿Qué cambiaríais?

Después, se les podría preguntar sobre qué les ha parecido el aspecto que el maestro les ha destacado. Es decir, siguiendo el ejemplo citado anteriormente, que les pregunte qué les ha parecido el modo en que se mueve el presentador y el uso del soporte visual.

  1. ¿Tiene algún tipo de tic?

  2. ¿Cómo usa las manos?

  3. ¿Se queda quieto en un lugar del escenario o se va moviendo?

  4. ¿Se le ve nervioso?

  5. ¿Qué os parecen las diapositivas?

  6. ¿Habéis leído todos sus contenidos?

  7. ¿Cuáles recordáis mejor?

Una vez hecho esto se puede volver a proyectar el vídeo, esta vez parándolo cada vez que el maestro lo considere necesario para examinar aspectos que se quieran comentar. Por ejemplo, si en un momento dado el presentador cuenta una anécdota, el maestro puede parar la proyección en ese momento y preguntar a los alumnos qué está pasando y, después, analizar entre todos los beneficios que ello pueda tener. Se les puede preguntar si recuerdan mejor la lista de verbos irregulares en inglés que estudiaron la semana pasada o los cuentos que sus padres les contaban cuando eran pequeños. Y, entre todos, sacar conclusiones.

6. PASO 6

Ahora que los alumnos ya han visto cuáles son los puntos a tener en cuenta para analizar una presentación en público, es hora de que trabajen solos. Antes que nada, el maestro debería procurarse un vídeo de una presentación que contenga el máximo número de puntos que hemos listado en el paso 2 (presentación con buenas prácticas) y otro de una presentación que contenga el mínimo de dichos puntos (presentación con malas prácticas). Antes de proyectarlos en clase, el maestro distribuirá a los alumnos unos cuestionarios como el que se muestra a continuación y con el que evaluarán cada una de las presentaciones. Las preguntas que aparecen en el cuestionario reflejan lo que se ha visto hasta ahora pero están formuladas de tal manera que sean comprensibles para niños de entre diez y doce años. Se les puede invitar a que lean el cuestionario antes de ver los vídeos para saber en qué tienen que fijarse. Acto seguido, se puede empezar la proyección.

Una vez vistos los vídeos las veces que sean necesarias, se propondrá que trabajen en grupos de tres o cuatro alumnos y que respondan los cuestionarios. Cuando hayan terminado, sacarán conclusiones entre todos. Se les preguntará qué presentación recuerdan mejor y por qué.

Veamos ahora un esquema de los puntos a seguir en el Paso 6:

  1. El maestro se procura dos vídeos de presentaciones: uno con buenas prácticas y otro con malas prácticas.

  2. Se distribuyen dos formularios a cada grupo de alumnos (tres o cuatro alumnos por grupo).

  3. Se pide a los alumnos que lean los formularios antes de ver los vídeos.

  4. Se proyectan los vídeos.

  5. Los alumnos rellenan los formularios, uno por cada vídeo.

  6. Se hace una puesta en común y se comenta.

  7. Se sacan las conclusiones oportunas.

Os incluimos aquí un vídeo extraído de la página web TEDxBarcelona que puede ser muy útil para trabajar el tema del lenguaje corporal. Recomendamos al maestro que lo pase sin sonido para que los alumnos se centren más en cómo se mueve el presentador. Incluso se puede hacer una proyección a cámara rápida para que el efecto sea aún más flagrante. Un sencillo modo de lograrlo consiste en arrastrar el cabezal de reproducción con el ratón.

Como podemos observar, el presentador da claros signos de nerviosismo. Para empezar, se toca la nariz y el pelo en repetidas ocasiones. Sus gestos, aunque no son muy exagerados, son gratuitos, ya que no acompañan ni refuerzan ningún mensaje. Además, da la impresión de que se ha delimitado un espacio de un metro cuadrado en el escenario que recorre incesantemente.

Sugerimos que el maestro enfoque la actividad de la siguiente manera:

  1. Proyección de los cinco primeros minutos del vídeo.

  2. Comentarios de los alumnos.

  3. Segunda proyección del vídeo. Esta vez, a cámara rápida.

  4. Segunda ronda de comentarios, esta vez con interacción del maestro, que puede hacer preguntas del tipo:

  5. ¿Qué sensación os da el presentador, de nerviosismo o de tranquilidad?

  6. ¿Tiene algún tic? ¿Cuál?

  7. ¿Mueve mucho las manos? ¿Las tiene en los bolsillos?

  8. Cuando mueve las manos, ¿es para reforzar un mensaje o no tiene ninguna conexión con lo que dice?

  9. ¿Se mueve mucho por el escenario o está quieto en un lugar?

  10. Conclusiones.

La práctica que hemos visto en este artículo se debería poder llevar a cabo en dos o tres sesiones de una hora más el tiempo de preparación por parte del maestro. Una sugerencia sería que los pasos 3, 4 y 5 se hicieran en la primera sesión, y el paso 6 en la segunda. Cada maestro verá si es necesario alargar el tiempo de trabajo a tres sesiones.

Otra propuesta interesante que tiene como objetivo consolidar lo aprendido sería la siguiente:

  1. El maestro hace tantos grupos de alumnos como temas haya de una asignatura. Si por ejemplo de la asignatura de ciencias de la naturaleza hay diez temas, se hacen diez grupos de tres niños.

  2. A cada grupo se le asigna un tema.

  3. Los componentes de cada grupo se reparten el trabajo y lo preparan con la ayuda del maestro.

  4. Al inicio de cada tema, el grupo al que le corresponda debe presentarlo.

  5. Al final de la presentación, el resto de los alumnos rellenarán un formulario como el que proponemos.

  6. Los alumnos comentarán qué les ha parecido, qué piensan que han hecho bien y qué se puede mejorar, y si lo que han explicado los presentadores ha quedado claro.

  7. Duración del ejercicio: Todo el curso, cada vez que se empiece tema nuevo.

Este ejercicio es un buen método para hacer que los niños vean las presentaciones en público como algo normal y presente en sus vidas. Además, se estimula el trabajo en grupo pero, al mismo tiempo, se fomenta la autonomía.

CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN
El presentador...

SI

NO

COMENTARIOS

¿Cuenta alguna historia o anécdota?      
¿Utiliza algún objeto?      
¿Os hace preguntas?      
¿Lanza algún enigma que os provoca mucha curiosidad?      
¿Se mueve por el escenario como si estuviera nervioso?      
¿Está siempre en el mismo punto del escenario?      
¿Tiene algún tic? (Se toca siempre el pelo, se rasca la nariz, etc.)      
¿Tiene las manos en los bolsillos?      
¿Mira a casi todo el público?      
¿Usa PowerPoint?      
¿Lee todo el texto de la pantalla?      
Las diapositivas...      
¿Tienen mucho texto?      
¿Puedes leer el texto en menos de cinco segundos?      
¿La letra es grande?      
¿Tienen imágenes?      
¿Tienen muchas animaciones?      
¿Tienen muchas transiciones?      

Guía para preparar la presentación oral

Comunicar cosas a otras personas es algo que se nos exige a menudo. Cada día, en la universidad, en una empresa, en una asociación o en el instituto, muchísima gente se enfrenta a un grupo de personas a las que debe convencer de algo: hacer presentaciones es el pan nuestro de cada día.

Fotografía de hebedesign; @flickr

Pero, a pesar de que es algo que se hace constantemente, en todo el mundo, muchísima gente sigue sin superar ciertos malos hábitos. ¿Por qué profesionales notables en sus disciplinas realizan presentaciones tan soporíferas y limitadas? Puede haber varios motivos. Por un lado, la mayoría de las presentaciones son así. A veces es difícil romper el molde que se nos ha dado siempre. En segundo lugar, hacer presentaciones poco comunicativas requiere menos esfuerzo que hacerlas más comunicativas. En tercer lugar, en nuestra formación hay poco espacio para desarrollar la actividad de presentar en público.

Más tarde que temprano, el instituto propone a sus alumnos que expongan en público diferentes trabajos y temas. Esa demanda, como decíamos, casi seguro, se prolongará a través de sus vidas. Pero la educación secundaria es ya un momento algo tardío para comenzar a desarrollar las habilidades y la sensibilidad que requiere hablar en público. ¿Por qué no empezar antes a trabajar esta actividad? En este monográfico, proponemos una serie de actividades de aula y de consejos útiles que pretenden ayudar a desarrollar el arte de presentar en público en alumnos de tercer ciclo de primaria.

Las prácticas que detallamos podrían dividirse en acciones y análisis. En las del primer tipo, el alumno se enfrenta al contenido como creador y actor de la presentación. En las segundas, el alumno ha de ser crítico con su trabajo o con el de otros y poder corregirlo.

Estas prácticas implican el uso de ciertas herramientas técnicas que están al servicio de las presentaciones y cuyo dominio es importante desarrollar. En este sentido, creemos que es necesario trabajar el manejo de estos elementos en contexto. Desarrollar el dominio de estas herramientas como un objetivo independiente del escenario de las presentaciones no sólo puede resultar estéril, sino que además puede ser contraproducente a la hora de concebir el acto de presentar.

A continuación presentamos una actividad de aula destinada a alumnos de tercer ciclo de primaria, aunque creemos que es fácilmente adaptable y aplicable a niños más pequeños. La actividad pretende enfrentar al alumno al hecho de presentar en público. Una vez hemos visto cómo lo hacen otro, en la primera sección de este monográfico, es hora de pasar a la acción.

CuÁles son nuestros objetivos

La presentación de un tema es una práctica habitual en primaria pero, cuando se realiza, muy pocas veces se presta atención a la organización del texto o a aspectos comunicativos del presentador. Muchas veces los maestros piden a los niños que expliquen qué han hecho en vacaciones o durante el fin de semana pero es una actividad exenta de preparación y de análisis crítico, a pesar de que se programa con el objetivo de mejorar las habilidades lingüísticas y comunicativas del niño. Esta ronda de narraciones, lamentablemente, suele acabar resultando tediosa y carente de sentido.

Aquí proponemos una actividad de aula para trabajar no sólo el qué sino el cómo. Vamos a centrarnos en el hecho de presentar en sí con todo lo que ello implica. Una mala presentación puede hacer que aborrezcamos incluso nuestro tema favorito. Dicho de otra manera, los ingredientes más exquisitos no son garantía de que un plato nos salga bien.

Un buen plato no sólo ha de tener buenos ingredientes

Fotografía de maksbarzo; @flickr

Con esta actividad perseguimos:

  • Enfrentar al niño a la experiencia de presentar en público.
  • Trabajar la elaboración del texto verbal y visual que conformarán la presentación.
  • Introducir algunos buenos hábitos para ser un presentador más comunicativo.
  • Aumentar el análisis crítico sobre sus presentaciones y las de otros.
  • Elevar su capacidad de corrección y control de malos hábitos.

Introduciendo las pautas

En una fase previa hemos observado las presentaciones de otras personas y hemos podido analizar errores típicos. Hemos dado consejos tales como escribir el mínimo texto en la pantalla (o, incluso, no escribir ningún texto), decir sólo lo necesario, no limitarse a leer, etc. Ahora vamos a poner en práctica estos consejos y otros. Iremos intercalando algunos ejemplos prácticos de las ideas que vayamos desarrollando.

En esta actividad el maestro empezará recordando la sesión anterior y animará a los alumnos a ser creativos y a elaborar presentaciones que no sólo informen, sino que también emocionen y agiten al público. El objetivo principal del alumno ha de ser que el mensaje llegue a la audiencia. En este sentido, tendrá libertad para sus propuestas. Por ejemplo, la consigna puede ser:

Fotografía de asvensson; @flickr

Vamos a poner en práctica lo que vimos el otro día haciendo una presentación cada uno. Tened en cuenta que lo más importante es que vuestros compañeros se interesen por lo que explicáis. No tenéis que preocuparos por explicar todo lo relacionado con el tema que hayáis escogido: es mejor que digáis pocas cosas pero bien presentadas, que muchas y aburridas. Podéis usar los trucos que queráis y elegir el tema que más os guste, siempre que respetéis a los demás.

La idea que nos interesa destacar al alumno es que la presentación no puede ser una reproducción de una enciclopedia o un libro: no nos interesa ser demasiado exhaustivos si después el público no nos va a prestar atención. Tenemos que ofrecer algo más que mera información. En una biblioteca o en internet siempre podremos encontrar más información que la que nos da un presentador. El papel de éste, pues, debe ser otro.

Incluso lo más divertido puede resultar agobiante

Fotografía de massdistraction; @flickr

Es importante acotar el tiempo que va a durar la presentación. No es recomendable que sea mucho para presentadores tan jóvenes e inexpertos. Consideramos adecuada una duración de entre cinco y ocho minutos en esta etapa de la formación. Además, hay que tener en cuenta que uno de los objetivos es que el alumno aprenda a controlar el tiempo que debe durar su charla, lo que repercutirá en su habilidad comunicativa y constituye, en sí mismo, un buen hábito a la hora de hablar en público. Es muy habitual que, en conferencias o en charlas de congresos, al ponente se le quede buena parte del contenido en el tintero por falta de tiempo. Hay que aprender a evitar ese tipo de situaciones porque resultan angustiantes para el público y frustrantes para el presentador y porque empeoran la dosificación de la información.

ElecciÓn de un tema

Puede darse más o menos libertad para escogerlo. Puede optarse por la modalidad de escoger un tema entre los propuestos en una lista, que el alumno proponga un tema libre, aprovechar contenidos de otras asignaturas, usar experiencias personales, etc. Si decidimos que los alumnos escogerán el tema libremente, es importante que se pongan en la piel de su audiencia y juzguen si serán capaces de hacerlo atractivo para toda la clase. También han de valorar si el tema escogido puede dar de sí y exponerse de una manera original.

BÚsqueda de la inspiraciÓn: informaciÓn y material grÁfico

Debe hacerse una búsqueda de información sobre el tema que nos permita elaborar la estructura y la forma que tendrá la presentación. Como hemos dicho, la idea aquí no es reproducir una biografía o unos hechos tal y como se encuentran en las fuentes enciclopédicas sino encontrar una manera interesante de explicar un contenido.

En busca de la metÁfora. Uno de los recursos más extendidos y exitosos para estructurar el discurso es el uso de metáforas. No nos referimos a incrustar metáforas en la explicación para "embellecerla" o para darle una dimensión o un tono determinados. No se trata de aplicar una metáfora a algún contenido de la presentación. Vamos a ir un paso más allá y vamos a intentar encontrar una metáfora que concentre el sentido de toda la charla, que sea su "andamiaje de significados". Un ejemplo típico que puede ponerse es la metáfora del viaje. Así, bajo la metáfora 'esta presentación es un viaje' (con su origen, sus paradas, su destino y, por qué no, también sus retrocesos) podrán desarrollarse muchas ideas cargándolas de sentido. Otra metáfora que podría aplicarse, por ejemplo, sería la de la batalla. Por ejemplo, a la hora de explicar el de tema de cómo llevar una alimentación saludable tendríamos elementos que son aliados, enemigos o también momentos de tregua. También podríamos explicar alguna teoría con la metáfora de la construcción de una casa (con conceptos fundamentales y accesorios) o también hacer la estructura de la charla con la metáfora de un experimento, partiendo de una hipótesis, recogiendo datos y llegando a unas conclusiones.

No es difícil percatarse de que la elección de una metáfora u otra nos proporciona, intuitivamente, un tipo de presentación diferente. La metáfora del viaje, probablemente nos conduzca a un tipo de argumentación lineal, cronológica. Una metáfora sobre el fútbol nos induce a plantearla como una dialéctica. La construcción de la casa nos permite establecer una base inicial fuerte (los fundamentos de una teoría, por ejemplo), para después ir construyendo la argumentación paso a paso.

Conseguir atrapar una buena metáfora es una gran ayuda

Fotografía de h.koppdelaney; @flickr

Éste será un momento ideal para aprovechar para explicar qué es una metáfora de manera muy práctica y significativa. En este momento, los alumnos tienen que buscar en su mente una idea, un hilo que conducirá la presentación. Se trata más de una búsqueda de la inspiración que de datos: lo importante es comunicar la idea general del fenómeno o del personaje del que se quiere hablar, no dar datos sobre su lugar de nacimiento, sobre fechas, listas de obras...

El objeto como recurso. Otra fuente de inspiración recurrente que nos puede ayudar a organizar las presentaciones es utilizar objetos físicos que el público pueda ver de cerca, tocar, oler. Un objeto puede esconder muchas historias y puede ser un gran aliado para realizar nuestra argumentación. Un objeto puede ser el tema de una presentación (podemos hablar, por ejemplo, del helicóptero –su invención, la velocidad de vuelo,…). Pero, además, un objeto puede ser un pretexto poderoso para hablar de otros temas, por su inmediatez física. Nos puede ayudar a centrar el tema, nos puede servir de metáfora y puede hacer que el público se acerque al contenido de una manera menos racional y más emocional. Al hablar sobre tu bisabuelo, llevar a clase el reloj que llevaba el día que cruzó la frontera en el exilio tras la guerra civil seguro que consigue crear una gran cercanía emocional con el público y una atmósfera muy favorable.

Fotografía de #Gwen#; @flickr

Además, el objeto permite la participación activa del público, más allá de la ronda de preguntas. Si el público participa, por fuerza estará más conectado con lo que decimos. Imaginemos una situación en la que alguien, para hablar sobre Japón, empezase por repartir cuadrados de papel y explicar cómo se hace una pajarita de origami. El público no sólo estaría atento a sus directrices, sino que, probablemente, estaría receptivo ante un planteamiento original y, lo que es más, se llevaría a casa un buen regalo: un objeto físico y un aprendizaje procedimental nuevos.

Fotografía de Tintin44; @flickr

Preguntar para comunicar. Como decíamos, hacer partícipe al público ayuda a mantener la conexión con él. Otra manera de estructurar la presentación que puede resultar interesante es la de ir haciendo preguntas e intentar ir resolviéndolas. Si somos valientes, podemos plantear preguntas abiertas y directas al público y podemos esperar su respuesta, guiándolo con explicaciones y nuevas preguntas hacia donde nos interese. Pero esa estrategia no es la única que puede servirnos. Plantear enigmas al inicio de la presentación que se irán resolviendo poco a poco es una manera excelente de mantener cierto misterio y de avivar la curiosidad, lo que es sin duda una estrategia buenísima para conseguir el interés del público.

Sobre papel, la única limitación es la imaginación.

Fotografía de NatahanaelB; @flickr

Contar anécdotas. Muchas veces, introducir una anécdota o una experiencia personal en la presentación hace que la audiencia esté más atenta y, sobre todo, recuerde mejor la información. Hablar de experiencias personales que puedan ser compartidas por el público nos aproxima a él. No se trata sólo de usar estos recursos a modo de ejemplo de lo que se dice, como suele ser el caso. Eso es una práctica recomendable, ciertamente. Pero, además, la anécdota o la experiencia (real o imaginada) pueden adquirir una dimensión nueva si se utiliza como protagonista del discurso, como guía de la argumentación. Usar la estructura típica del cuento, que es lo que solemos hacer cuando narramos experiencias personales, facilita la comunicación. Cuando se cuentan historias, las presentaciones son mucho más fáciles de recordar y de seguir. El texto narrativo suele ser más atractivo que el expositivo o el argumentativo.

Manos a la obra

Con la idea que ayudará a conducir la argumentación en mente, ahora es el momento de que el alumno diseñe sobre papel la presentación en PowerPoint que realizará. Hacerlo sobre papel y no directamente usando el propio programa evitará que éste le limite y le condicione en exceso la propuesta.

Antes de hacer el diseño, resulta útil preparar un índice con las ideas que se presentarán. El alumno debe tener claro que sólo tiene entre cinco y ocho minutos y que será mejor presentar sólo cuatro o cinco conceptos para poder detenerse en ellos. Al ser una presentación breve, ha de asumir que no va a poder ser exhaustivo. El alumno debe decidir qué ideas quiere incluir y cómo va a distribuirlas en las diapositivas. La limitación de tiempo es un aliciente para que el alumno detecte las ideas principales en su tema de presentación y las rescate de entre las prescindibles. Es una buena actividad para ejercitar la capacidad de síntesis.

Ya se han presentado en una fase previa algunos recursos para encarar el diseño del texto. Por ejemplo, el uso de relatos, de metáforas visuales o lingüísticas, de analogías, de frases célebres, etc. En este sentido, ha de limitarse la cantidad de texto escrito que el alumno incluya en las diapositivas para evitar el efecto prompter: no se trata de leer de la pantalla como un presentador de televisión.

Si el público sonríe, recuerda mejor lo que se le dice.

Fotografía de torres21; @flickr

El maestro puede recordar algunas cosas que han de tener en cuenta los alumnos a la hora de elaborar la presentación: qué quiero contar, a quién va dirigido y cómo quiero explicarlo. Estos tres puntos están muy relacionados entre sí, pero al alumno le ayudará analizarlos por separado. El primer punto implica la selección de cierta información de entre toda la que dispone. El segundo requiere ser empático (y, a menudo, simpático: el humor es un gran aliado para la comunicación) y adaptar la presentación a la audiencia. El tercero tiene que ver con el apartado anterior, es decir, el alumno debe saber escoger la metáfora o la estrategia idónea que le ayudará a desarrollar el contenido.

El tiempo es algo difícil de calcular cuando no se tiene experiencia presentando. El maestro debe guiar a los alumnos en este sentido. Debe recomendarles no incluir más de una o dos ideas por diapositiva. Tratándose de una presentación de entre cinco y ocho minutos, debe tener una docena de diapositivas como máximo.

Hay que hacer hincapié en que, pese a que el alumno tenga libertad total para hacer lo que crea más útil en el proceso de diseño de la presentación (índices, esquemas, dibujos, resúmenes…), a la hora de la verdad todo este material va a quedar plasmado en tres textos diferentes: uno oral (la exposición en sí), uno básicamente visual (la presentación que proyectará) y uno escrito (el esquema que podrá llevar al hacer la charla). No es recomendable que el presentador lleve más que unas notas escuetas a la hora de hacer su charla, para consultarlas en caso de perderse. De otro modo, la tentación de leer es demasiado grande.

Hemos expuesto unas recomendaciones generales para la elaboración de la estructura de la presentación. No obstante, hemos querido añadir algo de concreción proponiendo también una estructura que puede verse en el siguiente apartado. Se trata de una propuesta más. No es la única posible ni tampoco es inmodificable. Simplemente hemos querido presentar una plantilla sobre la que se pueden aplicar las sugerencias que hemos desarrollado.

Confeccionar el PowerPoint. Una vez hemos hecho el diseño de la presentación, podemos pasar a confeccionar el documento de PowerPoint o del programa que utilicemos. El procedimiento y los consejos para usar este tipo de soportes se detallan en el último apartado de este monográfico.

Ensayo de la presentación. Es imprescindible que el alumno ensaye en casa y se cronometre. En este momento del trabajo, pueden hacerse rectificaciones del texto. Puede rebajarse la información si es muy densa o enriquecerse si resulta demasiado corta.

Ya que no podemos ser público y presentador a la vez, podemos grabarnos y autoevaluarnos.
Fotografía de Jiuck; @flickr

En los ensayos, el alumno debe hacer un ejercicio de autoanálisis y autocrítica. No es una cuestión de memorización, sino de evaluación y mejora. Es decir: no se trata de ensayar para que la presentación salga bien, sino para que salga mejor. Dicho de otro modo, no estamos hablando de memorizar el texto que se dirá y repetirlo una y otra vez para fijarlo en la memoria y ser capaz de reproducirlo de manera más o menos fluida. Nos referimos a observarnos para corregir los aspectos de nuestra presentación con los que no estamos satisfechos. 

Para ello es muy recomendable grabarse, a poder ser en vídeo, para observar el lenguaje verbal y el no verbal. El alumno tendrá que ver, por ejemplo, si se mueve demasiado o demasiado poco, si gesticula más o menos de lo necesario, si tiene tics (gestos repetitivos de los que no es consciente), si proyecta la voz adecuadamente, si articula correctamente o si habla demasiado rápido.

También se recomienda que el alumno busque una audiencia que le sirva como conejillo de indias. Esto es muy útil, ya que recrea con bastante fidelidad la situación de la presentación en el aula, lo que le puede dar indicios sobre lo nervioso que tiende a estar con gente delante y sobre la capacidad de fijarse en ella y recibir feedback. Y, además, el alumno recibirá consejos y críticas muy valiosos.

Finalmente: la presentación en el aula

Después de todo el proceso de preparación, vamos a dar sentido a la actividad: es el momento de que el alumno se enfrente a su público y lleve a cabo la presentación en el aula.

Tanto para el presentador como para el público, es mucho más cómodo que las presentaciones se distribuyan a lo largo de varias sesiones de clase. Si intentamos concentrar las presentaciones de toda la clase en una o dos horas, probablemente la audiencia acabará muy fatigada y, por tanto, su atención disminuirá. Por otro lado, la motivación del presentador no es la misma cuando va a hablar el primero o después de una o dos personas, que cuando va a hablar después de 20.

Hablar en público genera siempre una cierta tensión. Además, ver a un compañero presentando crea unas expectativas. Estos dos factores pueden desviar la atención de todos los alumnos y hacen recomendable que las presentaciones abran la clase, en vez de cerrarla. Por ejemplo, es recomendable hacer tres presentaciones al inicio de la sesión de cada día durante el tiempo que sea necesario. De esta manera, dedicaríamos los primeros 15 o 20 minutos de clase a este efecto.

Es muy interesante que en el aula se mantenga el formato de las presentaciones en otros ámbitos. Es decir, el maestro debería presentar brevemente a cada uno de los presentadores y el tema del que van a hablar. Tras la charla y los aplausos de rigor, puede abrirse una tanda de preguntas breve. Al finalizar, el maestro agradecerá la participación y presentará al siguiente alumno.

Durante las presentaciones, es importante que el maestro se sitúe entre el público, sentado entre los alumnos. En la medida de lo posible, debe fundirse entre la audiencia, para evitar ser el foco que monopolice la atención del presentador.

Al inicio de cada sesión, los alumnos que vayan a presentar ese día deberán entregar al maestro un esquema con las diapositivas que usarán y notas con lo que dirán en cada una de ellas. De esa manera le será más fácil al maestro ayudarle si es necesario y comprobar hasta qué punto se respeta el esquema y, si se diese el caso, si está justificado no respetarlo.

Qué hacer en caso de…

…que el alumno se quede en blanco. Existen dos opciones. Dado que el maestro tendrá el contenido de la presentación, puede echarle una mano y ayudarle a continuar. O, si lo considera mejor, puede decidir parar la actividad y sugerir al alumno que presente en la sesión siguiente y que se prepare un poquito más. Ante todo, hay que procurar que no se genere una situación incómoda: a todos nos sucede alguna vez, especialmente cuando no estamos acostumbrados a hablar en público. De todas form

as, es muy recomendable haber dedicado una sesión o un ratito de una sesión a dar herramientas para enfrentarse a esta situación: llevar notas, memorizar ideas y no palabras, no tener miedo a detenerse para recuperar el hilo o consultar las notas, etc.

Fotografía de horizontal.integration; @flickr

…que la audiencia se alborote. Es posible que ciertas presentaciones o ciertos presentadores generen una respuesta más alterada que otros. Hay que diferenciar, de todos modos, entre el alboroto que se genera por una broma del presentador o algún otro estímulo previsto en su presentación y el alboroto que se genera por la falta de atención de la audiencia. Que el público se ría o haga ruido tras una broma o una sorpresa es lógico, esperable y deseable.

 

El presentador debe saber respetar estos ritmos y no intentar continuar su explicación a toda costa. En ese contexto, una risotada no puede ser un comportamiento censurable. Ahora bien, en el segundo caso sí hay que intervenir para recobrar la atención y volver a centrarla en la actividad.

Fotografía de vasta; @flickr

…la ronda de preguntas se alargue. ¡Es una gran señal! La audiencia ha estado atenta y el presentador ha conseguido transmitirles algo. Pese a todo, las limitaciones de tiempo son evidentes. Puede sugerirse a los alumnos que sigan la charla más tarde o, si el tema realmente les ha captado, quizás pueda dedicarse otra sesión a él. También puede pasar que muchos alumnos pidan la palabra. Es posible que, de entrada, muchos de ellos quieran hacer la misma pregunta. Si las preguntas se repiten, el maestro, en tanto que moderador, ha de saber reconducir la ronda.

…nadie pregunte nada. Pasa a menudo. No siempre es una señal de falta de atención ni de falta de interés por lo explicado: puede ser simple vergüenza. En estos casos, es recomendable romper el hielo con una primera pregunta amable, que no suene a examen. Probablemente, si el maestro hace la primera pregunta, luego surja alguna más.

EvaluaciÓn de la actividad

Para evaluar las presentaciones, proponemos utilizar el cuestionario de evaluación que se ha presentado al final del apartado anterior. Ésta puede servir al maestro para evaluar, aunque creemos que es muy interesante que sean los propios alumnos los que completen esta lista para evaluar a sus compañeros.


Propuesta de estructura para la presentación oral

Un error común consiste en usar PowerPoint o Impress al principio de preparar una presentación. Debemos evitar caer en esta tentación, aunque cueste. Si empezamos con estos programas, nos centraremos en detalles (color de fondo, tipo de letra…) y perderemos de vista la visión de conjunto y la estructura de nuestra presentación.

Una vez tenemos claro el tema de la presentación debemos pensar cómo estructurar lo que diremos y qué recursos utilizaremos. En este artículo proponemos un método y una estructura para preparar la presentación oral. Nuestra propuesta está basada en el método "Beyond Bullet Points" de Cliff Atkinson pero está adaptada y simplificada para que sea fácil de seguir por alumnos de tercer ciclo de primaria.

Esta propuesta está dividida en cuatro apartados:

1.       Rellenar y revisar una plantilla de Word con información del tema de la presentación.

2.       Copiar cada frase de la plantilla a una diapositiva de un archivo PowerPoint o Impress.

3.       Escribir el texto en la página de notas de cada diapositiva así como los recursos necesarios.

4.       Diseñar las diapositivas del archivo PowerPoint o Impress.

En este artículo veremos con detalle los tres primeros apartados. El cuarto punto lo trataremos en el siguiente y último artículo del monográfico  .

1.     Rellenar y revisar la plantilla de Word

Este punto es de vital importancia y determina en gran parte el resultado final de la presentación. No hay que dejarse engañar por el hecho de que éste es el único apartado en el que no utilizamos PowerPoint o Impress. En esta fase el alumno deberá rellenar una plantilla de Word (Figura 1), escribiendo las frases más adecuadas relacionadas con el tema de su presentación. Los alumnos deberían empezar a rellenar esta plantilla después de haber investigado sobre su tema y cuando tengan ya ciertos conocimientos al respecto.

Plantilla_de_Word.png

Figura 1. Plantilla de Word para preparar la presentación oral


Esta plantilla de Word es como los cimientos de una casa: si se rellena como es debido, la presentación estará bien estructurada; si se rellena como un trámite y con prisas, la presentación se verá afectada negativamente. Por tanto, es esencial que hagamos hincapié en este aspecto y les comuniquemos esta idea a los alumnos.

 

Otro aspecto fundamental es que debe revisarse constantemente lo que se escribe en esta plantilla, tanto por parte del mismo alumno como del maestro, que supervisará y sugerirá las modificaciones oportunas. La plantilla está dividida en siete pasos, y lo que se escribe en uno de ellos puede plantear posibles cambios en otros.

Podemos imprimir una copia de la plantilla de Word para cada alumno y que la rellenen con lápiz y papel (para poder borrar y reescribir el texto al revisarlo) o podemos pasarles el archivo para que lo rellenen con el ordenador. Seguramente en el primer caso estarán más centrados en lo que tienen que hacer que si usan el ordenador, donde pueden dispersarse más al utilizar Internet u otros programas.

Estructurar la presentación con el formato de una historia

Es bastante habitual que las presentaciones consistan en una serie de informaciones, datos y hechos que el presentador va detallando al estilo de una clase magistral. Si toda la exposición es enunciativa y no hay interacción con el público, éste último recordará muy poco de lo que se ha explicado.

Una forma de evitar las "presentaciones magistrales" consiste en utilizar la estructura de una historia para hablar de un tema concreto:

·         Empezamos situando al espectador ante el tema de la presentación.

·         Dejamos claro que los protagonistas son las personas del público, haciéndoles preguntas también sobre el tema de la presentación.

·         Anunciamos un conflicto, planteando un problema o un misterio a resolver relacionado con el tema elegido.

·         Avanzamos la solución al conflicto sin entrar en detalles, es decir, qué proponemos para resolver ese problema o misterio.

·         Concretamos la solución propuesta en tres puntos principales.

·         Explicamos cada punto principal con más detalle.

Las ventajas de este formato son varias. Primero, tenemos en cuenta a la audiencia haciéndola protagonista de nuestra presentación. Segundo, al plantear un conflicto fomentamos la curiosidad por averiguar cómo se va a resolver (una especie de "tensión dramática"). Tercero, cuando avanzamos la solución, dejamos bien claro de qué ira nuestra charla: decimos lo más importante al principio y lo detallamos en cada uno de los tres puntos principales después. Esto último ayuda mucho a la audiencia para que recuerde y entienda la presentación.

Los siete pasos de la plantilla

Cada alumno rellenará las celdas vacías siguiendo las indicaciones escritas en cada uno de los siete pasos. Hemos ajustado todo el texto y las tablas en dos hojas pero los maestros podéis hacer las modificaciones oportunas para que quede todo más espaciado, o añadirle algunas imágenes si lo consideráis oportuno. La plantilla de Word puede descargarse haciendo clic en los siguientes enlaces :

·         Formato Microsoft Word 2010 (.docx)

·         Formato Microsoft Word 97-2003 (.doc)

·         Formato OpenOffice Writer (.odt)

Veamos ahora con detalle cada uno de los siete pasos y un ejemplo concreto de cómo rellenar la plantilla. El archivo que contiene este ejemplo podéis descargarlo aquí.

Paso 1.  Rellena los datos de la presentación:

·         No escribas un título que sea ambiguo o demasiado general (p. ej. "El desayuno").

·         El título no tiene que ser muy largo pero tiene que dar un mínimo de información útil.

Título

A la conquista de un desayuno rico y sano

Autor

Francisco Lorín Colorado

Fecha

19 de octubre de 2010

Paso 2.  Empecemos por el principio:

·         Escribe una frase para empezar tu presentación.

·         Esta frase servirá para introducir tu tema. Es como la escena inicial de una película: sirve para situar al espectador.

·         Es importante que escribas algo con lo que todo el mundo esté de acuerdo.

Frase inicial

Es importante desayunar bien

Paso 3.  Pregunta a tus compañeros sobre el tema de tu presentación:

·         Escribe tres preguntas cerradas, es decir, que no necesiten respuesta elaborada, simplemente un sí o un no.

·         Estas preguntas las harás a todos tus compañeros pidiéndoles que levanten la mano si la respuesta es afirmativa.

Pregunta cerrada 1

¿Desayunáis siempre antes de salir de casa?

Pregunta cerrada 2

¿Por las mañanas, coméis productos de bollería industrial?

Pregunta cerrada 3

¿Coméis fruta fresca en el desayuno o durante el recreo?

 

·         Escribe una pregunta abierta, es decir, que espere una respuesta elaborada. Esta pregunta la harás por separado a dos o tres compañeros de clase durante la presentación.

Pregunta abierta

¿Qué es lo que comes normalmente en tu desayuno?

Paso 4.  Plantea un problema o misterio a resolver:

·         Si sólo comentas datos y hechos tu presentación puede acabar siendo aburrida.

·         El remedio contra el aburrimiento es la curiosidad. Una buena forma de fomentar la curiosidad es plantear un problema o misterio, relacionado con tu tema, que resolverás más adelante.

·         Puedes aprovechar algunas de las respuestas de tus compañeros para introducir el problema o misterio a resolver.

Problema o misterio a resolver

¿Sabes si lo que desayunas es bueno para tu salud?

 

Paso 5.  Propón la solución al problema o misterio:

·         Escribe una frase que resuma, sin entrar en detalles, la solución al problema o misterio que has planteado.

Solución propuesta

3 consejos para desayunar rico y sano

Paso 6.  Explica la solución en tres partes:

·         Escribe una frase para cada una de las partes que demuestre o argumente tu solución propuesta.

Primera parte

¿El peor enemigo? Demasiadas grasas y azúcares

Segunda parte

¿Un buen aliado? Disfruta de la fruta

Tercera parte

¿La mejor estrategia? En la variedad está el gusto

Paso 7.  Muestra las explicaciones y los detalles de cada parte:

·         Copia cada uno de los titulares del Paso 6 y pégalo en la primera fila de cada parte correspondiente.

·         Para cada parte, escribe tres titulares que te servirán para introducir las explicaciones y detalles.

Primera parte

¿El peor enemigo? Abusar de grasas y azúcares

Explicación 1

¡¿Niños con el colesterol alto?!

Explicación 2

¡Tampoco te pases con el azúcar!

Explicación 3

Controla las grasas y azúcares que ingieres

Segunda parte

¿Un buen aliado? Disfruta de la fruta

Explicación 1

Fruta = cóctel de agua + vitaminas + fibra + azúcares naturales

Explicación 2

¿Aún no te gusta la fruta?

Explicación 3

Añade trozos de fruta fresca a la leche, a los cereales o al yogur

Tercera parte

¿La mejor estrategia? En la variedad está el gusto

Explicación 1

La referencia: la pirámide alimentaria

Explicación 2

Un desayuno hecho a medida

Explicación 3

Combina alimentos entre el desayuno en casa y en el recreo

Consideraciones a tener en cuenta

Rellenar esta plantilla no es muy trivial, y menos aún para un niño de 10 u 11 años. La clave del éxito reside en que el maestro guíe convenientemente a cada alumno, le sugiera posibilidades o le haga las modificaciones oportunas. Seguramente las partes más difíciles de la plantilla son los pasos 4 y 5: el problema o misterio a resolver y la solución propuesta. Es difícil que un alumno de tercer ciclo de primaria tenga la capacidad de síntesis necesaria para responder con éxito estas cuestiones. En estos puntos la ayuda del maestro es fundamental.

Es muy conveniente que el maestro explique este proceso a los alumnos, paso a paso, utilizando un ejemplo concreto (el que acabamos de ver o cualquier otro que prepare el docente). Posteriormente, el maestro puede proponer un tema concreto y entre toda la clase se rellena la plantilla, resolviendo posibles dudas o malas interpretaciones. En último lugar, cada alumno deberá rellenar la plantilla con el tema de su presentación. Los alumnos pueden empezar a rellenar la plantilla en clase y mostrar su primera versión al maestro. Después de los comentarios oportunos pueden hacer cambios en clase o como deberes para otro día. Este proceso puede repetirse varias veces hasta llegar a la versión final, que deberá ser revisada y corregida por el maestro antes de afrontar la siguiente fase.

2.     Copiar cada frase a una diapositiva

Hasta ahora los alumnos han estado alejados de PowerPoint o Impress. Una vez tengan la versión final de su plantilla podrán abrir cualquiera de estos programas. Lo primero que harán consistirá en copiar cada frase que han escrito de la plantilla Word en una diapositiva distinta de la presentación.

Muy importante: en esta fase no hay que incluir imágenes en ningún momento. Los alumnos deben limitarse a escribir el texto correspondiente en cada diapositiva partiendo de lo que han escrito en su plantilla de Word.

Recomendamos que los alumnos utilicen alguna de las plantillas de PowerPoint o Impress que adjuntamos a continuación :

·         Plantilla_Diapositivas_PowerPoint_2007.pptx

·         Plantilla_Diapositivas_PowerPoint_97-2003.ppt

·         Plantilla_Diapositivas_Impress.odp

Evidentemente, la elección de uno de estos archivos dependerá del programa de presentaciones y versión de que se disponga. A partir de ahora y para simplificar haremos alusión a cualquiera de estos archivos con la expresión plantilla de PowerPoint.

Figura 2. Primera diapositiva de la plantilla de PowerPoint 2007

Al abrir dicha plantilla de PowerPoint, los alumnos verán una serie de diapositivas vacías. La primera de ellas corresponde a la portada donde tendrán que escribir los datos del Paso 1.

 

Figura 3. Segunda diapositiva de la plantilla de PowerPoint 2007

A continuación harán un clic en la segunda diapositiva de la columna izquierda y escribirán la frase inicial del Paso 2. Insistimos en que aún no es momento para buscar e incluir ninguna imagen (esto se hará en la última fase).

 

Para las diapositivas 3 y 4, los alumnos seguirán el mismo procedimiento: a) seleccionar la diapositiva de la columna izquierda y b) escribir un texto en cada una. En la tercera diapositiva recomendamos que todos los alumnos escriban lo mismo, algo así como "Algunas preguntas…". Ahí será donde interactuarán con sus compañeros proponiendo las preguntas del Paso 3. Creemos que es mejor que cada alumno memorice las preguntas y que las tenga escritas en una tarjeta por si no se acuerda de alguna. Otra opción consistiría en usar una diapositiva distinta para cada pregunta del Paso 3, pero nos decantamos por la primera opción.

En la diapositiva 4 escribiremos el problema o misterio a resolver del Paso 4.


Figura 4. Aspecto de las cuatro primeras diapositivas después de escribir las frases correspondientes.

La diapositiva 5 es la que contiene la propuesta de solución. El diseño de esta diapositiva es distinto al de cualquier otra. Tiene un fondo negro, el color de la fuente es rojo y el tamaño de letra es muy grande.

Figura 5. Quinta diapositiva de la plantilla PowerPoint 2007


Figura 6. Sexta diapositiva de la plantilla de PowerPoin 2007.


Seguimos con las diapositivas 6 a 9. En la número 6, los alumnos escribirán el titular de la primera parte mientras que en las diapositivas 7 a 9, escribirán los titulares de las tres explicaciones que argumentan el primer punto principal. Este proceso lo repetirán para la segunda y tercera parte con sus respectivas explicaciones (diapositivas 10 a 17).

 

En la diapositiva 18 se puede escribir un texto que responda al problema o misterio planteado en el Paso 4. En nuestro ejemplo, la pregunta era: "¿Sabes si lo que desayunas es bueno para tu salud?", la respuesta podría ser algo así como: "¡Ahora ya sabes lo que es bueno para tu desayuno!/i>". Esta será la diapositiva donde cada alumno podrá acabar su presentación resumiendo lo explicado y volviendo a comentar rápidamente los títulos de cada una de las tres partes.

La diapositiva 19 contiene el texto "¡Gracias por vuestra atención!" para dejar bien claro a la audiencia que la presentación ha finalizado. En la Figura 7 podemos apreciar como quedaría la presentación del desayuno después de acabar esta fase.

 

Figura 7. Aspecto de las diapositivas después de escribir los textos de la plantilla de Word.

3.     Escribir en las páginas de notas

En esta fase, los alumnos todavía no añadirán ninguna imagen a la presentación. Aquí toca escribir el texto que dirán en cada diapositiva. Dicho texto lo escribirán en la del programa. En PowerPoint 2007 esto se consigue al hacer clic primero en la opción Vista y luego en el icono Página de notas. En Impress el proceso es muy parecido (Ver/Página de notas).

Figura 8. Aspecto de la página de notas

En la Figura 8 podemos observar la vista de página de notas de la segunda diapositiva. Arriba vemos el diseño actual de dicha diapositiva y en la parte inferior observamos que hay un texto escrito. Este texto no aparecerá en pantalla cuando los alumnos estén presentando su tema. Sin embargo, puede ser útil para decidir qué dirán en cada diapositiva así como para anotar los recursos que utilizarán (por ejemplo: "aquí mostraré dos paquetes de cereales que traeré de casa y pediré que comparen la cantidad de azúcar que lleva cada uno").

 

En la diapositiva 3, los alumnos escribirán en la página de notas las preguntas del Paso 3. En el resto de diapositivas, cada alumno tendrá que pensar el texto que añade. Esto puede llevar bastante tiempo así que puede ser buena idea dividirlo en varias fases (trabajo en clase, deberes para casa, revisión del maestro).

Para volver al modo de edición habitual sólo hay que seleccionar Vista/Normal (PowerPoint 2007) o Ver/Normal (Impress). Es posible además imprimir la presentación con las notas que se han escrito. En el menú de impresión (botón de Office/Imprimir en PowerPoint 2007 o Archivo/Imprimir en Impress) elegiremos imprimir las páginas de notas. En las figuras 9 y 10 podemos observar cómo ajustar esta opción.

Figura 9. Opción para imprimir páginas de notas en PowerPoint 2007

Figura 10. Opción para imprimir páginas de notas en Impress

Una vez finalizada la presentación (por el momento aún queda acabar de diseñar las diapositivas) puede ser buena idea que los alumnos impriman su versión final con las páginas de notas. Estas notas las pueden grapar y llevar el día de la presentación por si sufren algún lapsus.

En ningún caso las páginas de notas tienen que servir para que los alumnos las lean íntegramente del papel en la presentación. Durante el ensayo pueden leer para que aprendan lo que tendrán que decir, en la presentación, sólo deberán leer de forma ocasional.

Llegados hasta este punto, los alumnos dispondrán de un primer borrador de su presentación. El siguiente paso consistirá en diseñar las diapositivas y en decidir qué recursos se usarán en cada momento. Trataremos estos aspectos en el siguiente artículo del monográfico.


Cómo diseñar las diapositivas de la presentación oral

 

En el presente monográfico proponemos que los alumnos utilicen un programa como PowerPoint o Impress para hacer sus presentaciones. Gracias a estos programas los alumnos podrán ir mostrando diapositivas que complementen de forma visual su discurso verbal.

Complemento visual significa que lo que hay en cada diapositiva refuerza, ayuda a entender o ejemplifica de forma gráfica lo que el alumno está diciendo en voz alta. En ningún caso las diapositivas tienen que consistir en grandes cantidades de texto que el alumno va recitando ante sus compañeros.

En este artículo proponemos primero cómo deben ser las diapositivas para que mejoren la atención, comprensión y retención de la audiencia. En segundo lugar, comentamos de forma breve y simplificada tres supuestos científicos que justifican porqué es necesario hacerlo del modo que sugerimos. Finalmente, mostramos cómo llevar a la práctica lo explicado con PowerPoint o Impress.

Menos texto y más imágenes

Para escribir grandes cantidades de texto se utilizan otros programas como Word o Writer con otros fines: entregar un trabajo, enviar un archivo por correo, etc. Si queremos hacer una presentación oral, usaremos PowerPoint o Impress y evitaremos grandes cantidades de texto. Esta es una primera idea que hay que transmitir a los alumnos antes de que empiecen a diseñar sus diapositivas:

PowerPoint no es lo mismo que Word y por tanto, no hay que escribir tanto texto en el primero como hacemos habitualmente con el segundo.

Figura 1. Diapositiva con demasiado texto y sin carga visual.
Tiempo de proceso: unos 15-20 segundos.

A continuación podemos ver dos ejemplos de diapositivas para una presentación. En la Figura 1 vemos un claro ejemplo de lo que tenemos que evitar que los alumnos hagan: escribir el texto de lo que dirán en la exposición. Si las diapositivas son como esta, el resto de alumnos desconectará rápidamente y recordará muy poco de lo que diga el presentador.

 

Figura 2. Diapositiva con poco texto y con carga visual.
Tiempo de proceso: unos 3-5 segundos.


La diapositiva de la Figura 2 es mucho más simple y fácil de procesar: tiene un titular breve y unos iconos que describen de forma gráfica la idea a transmitir. El texto no está presente puesto que se dirá en el momento de la presentación. Un buen sitio para añadir todo ese texto es en la Página de Notas de PowerPoint o Impress, como vimos en el artículo anterior del monográfico.

 

El objetivo del presente artículo es mostrar cómo enseñar a los alumnos a utilizar PowerPoint o Impress para crear diapositivas con las siguientes características:

  1. Una sola idea o concepto por diapositiva.

  2. Poco texto y de tamaño grande.

  3. Complemento visual del discurso verbal.

Estas 3 reglas de oro del diseño de diapositivas deberíamos explicarlas en el aula antes de que los alumnos empiecen a usar el correspondiente programa. Además, deberíamos explicarlas mostrando varios ejemplos de lo que les estamos enseñando para que vayan asimilando cómo tendrán que diseñar su presentación. Podemos crear nuestras propias diapositivas y mostrarlas o utilizar alguna presentación que respete estos tres principios. A modo de ejemplo, podríamos utilizar " Los 10 peores hábitos en las presentaciones" y aprovechar la ocasión también para recordar a los alumnos lo que no deberían hacer cuando exponen en público.

 



Otra presentación que nos puede resultar útil para mostrar a los alumnos buenos ejemplos y explicarles las 3 reglas de oro del diseño de diapositivas es "A la conquista de un desayuno rico y sano". Se trata del archivo PowerPoint diseñado a partir del ejemplo del artículo anterior para rellenar la plantilla de Word. Podéis descargar el archivo PowerPoint original aquí.

 

Es muy recomendable colgar uno o varios archivos PowerPoint de buenas presentaciones y hacer accesible estos archivos a los alumnos para que puedan descargarlos y tenerlos como ejemplo a seguir para cuando creen sus propias diapositivas.

También sería recomendable mostrar a los alumnos ejemplos de malas y buenas diapositivas, tal como hemos visto en las figuras 1 y 2, justificando los inconvenientes y ventajas de cada una. Para resaltar las virtudes de las diapositivas visuales y poco cargadas podremos tener en cuenta los descubrimientos científicos de las últimas décadas en cuanto a aprendizaje multimedia (como es el caso de oír a alguien mientras miramos sus diapositivas).

Lo que la ciencia cognitiva ya sabía

La ciencia cognitiva se encarga de estudiar cómo la información es representada y transformada en el cerebro. Abarca, entre otros aspectos, la atención, la percepción, el aprendizaje, la memoria o el conocimiento. Los orígenes de esta ciencia se remontan entre los años 30 y 40 del siglo XX, aunque la expresión ciencia cognitiva no fue acuñada hasta el año 1973.

Desde hace poco más de un par de décadas hay varios estudios científicos que tienen que ver con el aprendizaje multimedia. Estas investigaciones demuestran que usar diapositivas repletas de texto que el presentador lee en voz alta no facilita ni la atención, ni la retención o el correcto procesamiento de la información por parte de la audiencia. Varias de estas investigaciones fueron llevadas a cabo pocos años después de que apareciera la primera versión de PowerPoint, en el año 1984. Lo más curioso es que después de más de 25 años, muchas diapositivas tienen el mismo aspecto que las primeras diapositivas que se hicieron con la primera versión de este programa: mucho texto y poca imagen. Entonces tenía cierta lógica que las diapositivas fueran así, la capacidad gráfica de los ordenadores era muy limitada. Hoy en día no tiene ningún sentido seguir haciendo este tipo de diapositivas.

Antes de aprender a utilizar de forma eficaz programas como PowerPoint o Impress, veamos por qué es necesario dejar de diseñar diapositivas como hacíamos hace 25 años. Los tres supuestos científicos aquí expuestos aparecen explicados con más detalle en el libro de presentaciones "Beyond Bullet Points" de Cliff Atkinson y están basados en la obra de Richard E. Mayer, doctor en psicología de la Universidad de California, Santa Bárbara, especializado en aprendizaje multimedia.

1. Nuestra capacidad para procesar información es limitada

El cerebro humano tiene grandes cualidades y se encarga de un sinfín de tareas de diversa índole. Sin embargo tiene una limitación importante: una capacidad muy limitada para procesar información por unidad de tiempo. Por ejemplo, si alguien nos dice siete dígitos, es probable que podamos retenerlos y memorizarlos durante un rato. Si en cambio nos dice diez, doce o más dígitos probablemente no podremos recordarlos todos a la vez.

Este fenómeno es debido a que la zona temporal para albergar los datos que llegan del entorno no puede retener mucha información. Esta zona es conocida como memoria de trabajo y si está llena no puede procesar correctamente otros datos que estén llegando. La información relevante que ha sido correctamente procesada y entendida puede entonces albergarse en la memoria a largo plazo, que tiene una capacidad mucho mayor y es donde guardamos recuerdos y aprendizajes.

Esto en la práctica significa que deberemos descomponer la información en partes digeribles para la memoria de trabajo. Tendremos que desgranar los temas complejos en partes más sencillas que puedan entenderse por sí solas. Por esta razón, cada diapositiva tiene que ser simple y no estar abarrotada de texto, gráficos o adornos que distraigan y confundan al personal y, por tanto, dificulten su correcto procesamiento.

Para respetar los límites de la memoria de trabajo del cerebro es recomendable que cada diapositiva contenga una sola idea o concepto y pueda ser procesada en pocos segundos.

 

2. El canal de comunicación es dual

 

En una presentación el presentador es el emisor y el público los receptores. El primero envía un mensaje al segundo a través de un canal. Sin embargo, este canal es dual y consta en realidad de un canal verbal y un canal visual.

Figura 3. Diapositiva que expresa un solo concepto (fotografía de houseofsims)

Nuestro cerebro puede procesar información verbal y visual en paralelo, por ejemplo cuando vemos y escuchamos una película. El problema está en que el texto en pantalla, aunque sea un elemento visual, es procesado por el cerebro por el canal verbal. Por este motivo nos cuesta leer los subtítulos de una película y escuchar con atención la versión original (aunque dominemos ese idioma). Del mismo modo, resulta bastante complicado leer un texto largo en pantalla mientras el presentador va diciendo otras cosas. Son dos mensajes, escrito y hablado, que circulan por el mismo canal, el verbal, y a nuestro cerebro le cuesta atender a los dos mensajes simultáneamente.

En cambio, las imágenes circulan por el canal visual y se complementan bien con el discurso hablado (canal verbal). Si las imágenes tienen relación con lo que se está diciendo, se procesa mejor el mensaje y se retiene más fácilmente.

 

Para respetar el canal de comunicación dual (verbal y visual) escribiremos poco o ningún texto en cada diapositiva y utilizaremos imágenes relacionadas con la idea o concepto que se está desarrollando.

Figura 4. Diapositiva que respeta el canal dual (fotografía de marcobellucci)

3. La atención del receptor debe ser guiada

A menudo damos por sentado que todo lo que dice un emisor es procesado y memorizado por uno o más receptores. Ya hemos visto que esto no tiene por qué cumplirse. El cerebro va guardando la información que cree más relevante. Si el emisor no estructura, jerarquiza y enfatiza sus ideas como es debido, el receptor puede interpretar erróneamente que cierta información relevante no lo es, y por tanto, no guardarla.

Es importante pues, que el emisor sepa guiar la atención del receptor y hacerle notar qué ideas son importantes y qué ideas son secundarias. Por ejemplo, la diapositiva que contenga la idea principal de la presentación podría tener un diseño totalmente distinto al resto: letras de color rojo sobre fondo negro. Los puntos principales a exponer que argumentan o demuestran esa idea principal podrían tener letras de color blanco sobre fondo negro y un triángulo con el número de orden. Las explicaciones de cada uno de estos puntos principales podrían tener otro diseño: la primera mitad vertical de la diapositiva con letras negras y fondo gris, y la otra mitad vertical con fotografía y fondo blanco.

Para respetar que la atención del receptor debe ser guiada es recomendable usar diseños parecidos para cada tipo de información (relevante, normal, secundaria…).

Figura 5. Los tres puntos principales de la presentación tienen el mismo diseño (fotografías de dongkwan, Vali y striatic)

Lo imprescindible para diseñar buenas diapositivas

Hasta ahora hemos visto porqué un archivo PowerPoint o Impress debería seguir las 3 reglas de oro del diseño de diapositivas. Veamos ahora cómo enseñar a los alumnos a que lleven a la práctica estas reglas utilizando de forma sencilla y eficaz este tipo de programas.

Los alumnos abrirán ahora el archivo PowerPoint que contiene sólo los titulares de su presentación. Recordemos que este archivo no lo empezaron de cero ya que partieron de una plantilla de PowerPoint. Es muy recomendable usar esta plantilla porque sus diapositivas ya tienen un diseño preestablecido, que evitará que los alumnos escriban mucho texto en ellas. Del mismo modo, estas diapositivas condicionarán a los alumnos para que utilicen muchas imágenes.

La plantilla de PowerPoint contiene 19 diapositivas pero en realidad sólo hay seis tipos de diseño de diapositiva posibles:

  1. Portada: permite escribir el título de la presentación, el nombre del autor y la fecha en que se hará la exposición. También permite añadir una imagen.

  2. Titular + imagen: texto en la parte superior y una imagen debajo.

  3. Sólo titular: texto en la parte superior y nada más.

  4. Sólo imagen: una imagen centrada en la diapositiva y nada más.

  5. Solución propuesta: fondo negro con letras rojas de gran tamaño.

  6. Punto principal: fondo negro con titular superior, una imagen debajo y un triángulo rojo con el número de orden del punto tratado. Este diseño servirá para introducir cada una de las tres partes de la presentación.

Si los alumnos desean añadir más diapositivas, pueden hacerlo con PowerPoint 2007 del siguiente modo (ver Figura 6):

  • Pulsando en la parte inferior del botón “Nueva diapositiva”
  • Seleccionando uno de los seis diseños de diapositiva existentes

Figura 6. Los seis diseños de diapositiva de la plantilla de PowerPoint


También es posible cambiar el diseño preestablecido de una diapositiva. Por ejemplo, estamos en la diapositiva 4 que tiene el diseño Titular + imagen. Decidimos entonces que sólo queremos poner una imagen. Con PowerPoint 2007 sólo tenemos que hacer clic en el icono denominado "Diseño" y seleccionar el más conveniente, en nuestro ejemplo escogeríamos "Sólo imagen".

Figura 7. Es posible cambiar el diseño de una diapositiva existente

Si los alumnos ya escribieron los titulares y ya tienen los diseños de diapositiva preestablecidos sólo les queda añadir las imágenes. Simplemente tendrán que hacer clic en el icono de imagen en las diapositivas que lo permitan.

 

Figura 8. El propio diseño de diapositiva ya indica cómo añadir una imagen

Es posible que los alumnos hagan variaciones de los diseños preestablecidos, tan sólo tienen que desplazar los elementos de la diapositiva y situarlos donde crean más oportuno. También pueden cambiar el tamaño de la caja del titular o de una imagen.

 

Figura 9. Partiendo del diseño Titular + imagen, el texto se desplazó a la parte izquierda y la imagen a la derecha (fotografía de ssmallfry)

Dónde encontrar imágenes

Existen muchas webs dónde buscar imágenes de buena calidad para las diapositivas. Nosotros proponemos una de ellas que cumple los siguientes requisitos:

  1. Permite buscar imágenes con licencia Creative Commons (podemos usarlas legalmente sin pedir permiso a los autores).

  2. Permite saber el tamaño de cada imagen antes de descargarla

Compfight

Compfight.com es fácil de usar y muy práctico. Este sitio busca en la base de datos de fotografías de flickr pero muestra los resultados mejor (hasta 200 miniaturas por página). Su funcionamiento de uso es el siguiente:

  1. Hacemos clic al lado de "Creative Commons" hasta que aparezca el texto " Only" (para buscar sólo imágenes con este tipo de licencia).

Figura 10. Los resultados serán imágenes con licencia Creative Commons

  1. Escribimos una o más palabras en la caja de búsqueda y hacemos clic en "Search" (es muy probable que la misma palabra en inglés devuelva muchos más resultados).

  2. Aparecen entonces las miniaturas en la parte inferior. Podemos situar el cursor del ratón encima de una de ellas para averiguar el tamaño de imagen máximo disponible (se recomienda 1024x768 píxeles para imágenes a pantalla completa).

  3. Hacemos clic encima de la imagen deseada y se abre una ventana nueva con la página de flickr del usuario que subió la fotografía. Hacemos clic en la lupa que hay encima de la imagen.

Figura 11. Página de flickr de la fotografía seleccionada.

  1. En la parte inferior de la página comprobamos las condiciones de la licencia Creative Commons (explicado con detalle más abajo).

Figura 12. Imagen con las condiciones de "Atribución", "No comercial" y "Sin obra derivada". Los alumnos podrán usar esta imagen sin alterarla (fotografía de etringita)

  1. Elegimos el tamaño de imagen que nos interese haciendo clic encima de alguno de los tamaños disponibles (pequeño, mediano,original…)

  2. Hacemos clic con el botón derecho encima de la imagen y elegimos "Guardar imagen". Decidimos en qué carpeta la archivaremos y le damos a "Aceptar".

  3. Añadimos la imagen desde PowerPoint 2007 (Insertar/Imagen) o Impress (Insertar/Imagen/A partir de archivo).

Al usar fotografías con Creative Commons, los alumnos deberían indicar el nombre del autor de cada imagen que usen y enlazar a su página web de flickr (condición de "Atribución").

 

La condición de "No comercial" no influye a los alumnos ya que no sacarán provecho económico alguno. Pueden usar fotografías con esta condición sin problema.

 

La condición de "Compartir igual" tampoco debería afectar a los alumnos siempre y cuando no compartan su presentación en la Red.

 

Finalmente, la condición "Sin obra derivada" significa que los alumnos deberán usar esa imagen tal cual, sin modificarla.

 

En resumen, los alumnos pueden usar cualquier imagen, independientemente de las condiciones que tenga en su licencia Creative Commons.

Cómo evaluar las diapositivas de la presentación

Sería conveniente que los alumnos dispongan de una lista de repaso, en cuanto al diseño de diapositivas se refiere. La idea es que comprueben cada diapositiva de su presentación respondiendo a las preguntas de esta lista y que hagan los cambios oportunos si la respuesta no es afirmativa. Esta lista puede servir también para que el maestro evalúe después el archivo PowerPoint.

Lista de repaso:

Comprobación

No

¿La diapositiva contiene una sola idea o concepto?

 

Separa cada idea en una diapositiva. Si tenías tres ideas, utiliza tres diapositivas.

¿El tamaño del texto es suficientemente grande?

 

Selecciona el texto y aumenta el tamaño de la fuente. Comprueba si el texto se puede leer en las miniaturas de Vista/Clasificador de diapositivas (PowerPoint 2007) o Ver/Organizador de diapositivas (Impress)

¿La diapositiva contiene poco texto?

 

Quita el texto que no sea necesario. Deja un titular o frase breve que pueda leerse en dos o tres segundos. El resto lo puedes añadir en la página de notas y decirlo en el momento de la presentación.

¿La diapositiva puede procesarse en pocos segundos?

 

Quita elementos que distraigan y no aporten nada. Reduce la cantidad de texto. Reparte el contenido en dos o más diapositivas (por ejemplo: texto en la primera, gráfico en la segunda, fotografía en la tercera).

¿El archivo de la presentación tiene un alto contenido visual?

 

Ve a la vista del clasificador/organizador de diapositivas y cuenta las diapositivas con y sin imágenes. Procura que haya más diapositivas con imágenes que sin. Para ello, añade fotografías o imágenes relacionadas en las diapositivas que no tienen carga visual.

Las diapositivas son sólo un complemento

Para acabar el monográfico queremos recordar de nuevo que la presentación la hace el alumno y que las diapositivas "sólo" refuerzan lo que se esté explicando en cada momento. Una ventaja importante de usar diapositivas es que el alumno se sitúa rápidamente en lo que toca explicar a continuación. Por ejemplo, en el caso de nuestra presentación sobre el desayuno hay una diapositiva titulada "Un desayuno hecho a medida". Cuando el alumno lea el titular y vea la imagen recordará lo que tiene que hacer en ese momento. Una posibilidad sería la siguiente.

El niño que presenta muestra unos dibujos en papel de varios alimentos (leche, cereales, yogur, frutas, zumo de naranja…). Para expresar la idea de que no existe un único desayuno saludable el presentador llama a algún voluntario para que salga a su lado y responda a las preguntas del primero: "¿Te gusta la leche?". Siempre que la respuesta sea afirmativa, se cuelga el dibujo del alimento en un corcho. En caso negativo, el presentador busca un alimento de características parecidas: "¿Te gusta el yogur o los batidos de fruta?", "¿Y el queso?". Con la ayuda del maestro podrán configurar un desayuno sano y equilibrado a gusto del consumidor (en este caso del niño que salió voluntario). Este ejercicio podría repetirse al menos otra vez para comparar el desayuno obtenido con otra persona.

En definitiva, no dejemos que las diapositivas eclipsen otras posibilidades interesantes que los alumnos pueden usar en sus presentaciones. Recursos como contar historias, usar objetos cotidianos o hacer participar activamente a los compañeros deberían ser tan obligados como unas buenas diapositivas.