Durante el reinado de este monarca, hubo varios avances significativos. Su tío Fernando, reconquistó la plaza de Antequera (1410), de ahí que haya pasado a la historia con el nombre de Fernando de Antequera, aunque fue nombrado rey de Aragón, cuando esta corona se quedó sin monarca.
Un segundo momento se produjo en la década de 1430, cuando en el avance hacia la toma de Granada consiguieron tomar varias plazas, y la importante victoria de La Higueruela (1431). Esta victoria, recordada más de un siglo después por Felipe II, que la mandó pintar para decorar el monasterio de El Escorial, fue conmemorada todos los 1 de julio tras haber pedido autorización papal para esas celebraciones. El ejército castellano estaba tan fuerte que posiblemente hubiera podido conquistar Granada, pero no avanzaron hasta la ciudad porque en esos días se produjeron terremotos en esa zona y en otras partes de la Península Ibérica que les llevaron a desistir del intento.
El aumento de la autoridad del rey fue uno de los objetivos de los monarcas de la casa de Trastamara en el siglo XV. El papel del rey estaría siempre en un lugar importante aunque secundaria en relación a la Iglesia.
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