El propio término reconquista ha sido muy controvertido. Se comenzó a usar en el siglo XIX, pero ya a finales de ese siglo, un regeneracionista importante como Joaquín Costa renegaba del uso de ese término, al considerar a esa etapa como la causante de buena parte de los males de España. Las dudas acerca de si se ha de usar o no esa palabra se plantearon mucho después, cuando en 1965 los historiadores Abilio Barbero y Marcelo Vigil estudiaron los orígenes sociales de la reconquista y pusieron en tela de juicio que pudiera darse este nombre a una lucha que parte de un territorio que nunca había sido visigodo. Los astures, iniciadores de la lucha, no se habían integrado en el reino visigodo, y no podían pretender reconquistar un territorio que nunca habían previamente conquistado. Según esta teoría se podría hablar de conquista, pero no de reconquista. Sin embargo, aunque estos historiadores tengan razón, el término reconquista se ha utilizado tanto que es difícil sustituirlo. Por ello se podrían aceptar las palabras a este respecto del medievalista Miguel Ángel Ladero:
“Actualmente, muchos consideran espúreo el término reconquista para describir la realidad histórica de aquellos siglos, y prefieren hablar simplemente de conquista y sustitución de una sociedad y una cultura, la andalusí, por otra, la cristiano-occidental; pero aunque esto fue así, también lo es que el concepto de reconquista nació en los siglos medievales y pertenece a su realidad en cuanto que sirvió para justificar ideológicamente muchos aspectos de aquel proceso”
«¿Es todavía España un enigma histórico?», en Lecturas sobre la España histórica |