Experimentación con Descartes en Andalucía
EDA 2005 - Documento Base
Materiales didácticos
A lo largo de los últimos veinte años, desde la aparición los proyectos de introducción de las TTIC en las aulas, como el Proyecto Atenea o el Proyecto Alambra, se han venido desarrollando materiales didácticos muy diversos, con distintas estrategias y con éxito variable.
Una de las principales conclusiones de las experiencias realizadas en estos proyectos es que son más útiles las aplicaciones abiertas, es decir, que ofrezcan a los profesores la posibilidad de intervenir en las actividades que se proponen y poder adaptar esas actividades a la metodología que le parece más conveniente para los alumnos a los que va dirigido.
Pero este tipo de programas suelen acarrear algunos inconvenientes, como que requieren un aprendizaje previo, tanto a los profesores como a los alumnos; son útiles solamente para una parte muy pequeña del currículo; requieren que haya que dedicar mucho tiempo a la preparación de documentación, que luego tiene poca difusión por ser de difícil distribución.
Formación del profesorado
Es sin duda la parte más difícil del proceso. La actividad docente es una actividad muy compleja, las relaciones que se establecen entre los alumnos, el profesor y los contenidos curriculares, son muy inestables, cualquier elemento extraño puede perturbar la marcha normal de la clase, una simple mosca puede dar al traste con una ingeniosa metodología, unos atractivos contenidos o unos objetivos magníficos. El profesor tiene como principal misión mantener ese equilibrio compensando el platillo adecuado de una balanza múltiple y n-dimensional.
El ordenador como herramienta didáctica habitual puede parecer, a primera vista, simplemente un medio más, que sirve para comunicar, de forma más vistosa, lo mismo y de la misma forma que siempre. Pero aunque inicialmente se use de esa manera se comprueba que no es así, que tiene mayores repercusiones tanto en las metodologías como en los contenidos. Pero la introducción debe hacerse de forma gradual y progresiva, tanto para que el profesor controle en cada momento lo que sucede en su clase como para que los alumnos descubran y se adapten a una nueva forma de enfrentarse al aprendizaje.
Para utilizar el ordenador con los alumnos como herramienta didáctica no basta con querer hacerlo, con tener buena voluntad, se necesita una preparación que evite los obstáculos, minimice las dificultades y ayude a resolver los problemas que necesariamente van a surgir. Muchos profesores que han llevado a sus alumnos, con su mejor voluntad, a usar los ordenadores se han vacunado por una temporada al comprobar que nada salió como tenían previsto.
Esta preparación, en contra de lo que se suele creerse, no es un proceso intuitivo, para muchos profesores puede ser demasiado difícil, porque si fuera un simple cambio de tecnología, en lugar de la pizarra tradicional, se usa una electrónica, bastaría aprender a usar el ordenador; pero la interactividad que ofrece el ordenador fomenta sistemas de aprendizaje inusuales en las clases tradicionales, pero muy efectivos, y como consecuencia se produce un cambio de papel que juega el profesor y por último, a más largo plazo, se convertirá en una modificación sustancial del currículo escolar en todas las materias.
Consideramos que este aprendizaje para la utilización del ordenador como herramienta didáctica es, al menos tan importante, como el aprendizaje del uso del propio ordenador o sobre contenidos curriculares disponibles. Y un complemento a esta formación es la difusión y contraste de experiencias validadas de buena práctica educativa, que permiten a los profesores conocer el resultado de la aplicación de una metodología determinada en entornos concretos de aprendizaje.