Este artículo quiere cerrar una trilogía que, en principio, pudiera parecer que versa sobre una nueva herramienta aparecida de manera colateral al uso de Twitter: Storify.
En el primero, se utilizó para una clase de literatura clásica en Málaga. El Lazarillo de Tormes fue estudiado en Bachillerato de esta manera.
En el segundo, para seguir dos actividades de ciencia en Londres. Dos profesores de sendas universidades británicas interactuaron con un aula de educación infantil de uno de los centros que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes tiene abiertos en el Exterior.
En el tercero, el equipo de Buenas PrácTICas 2.0 del INTEF quiere hacerse eco de una nueva manera de celebrar los eventos presenciales consiguiendo que pasen a adquirir nuevas dimensiones sociales y culturales por la utilización sincrónica de Twitter.