El
lenguaje animal es natural; el lenguaje humano es convencional o arbitrario.
El
mundo está repleto de signos; pero realmente sólo hay signos si
existe una mente capaz de entenderlos o interpretarlos.
Gracias
al lenguaje podemos comunicarnos. Si no pudiéramos expresar nuestros
pensamientos, no podríamos convivir, abrir nuestra intimidad.
Utilizamos
diferentes sistemas y medios de comunicación. En la era de la globalización
estamos asistiendo a un constante progreso en las tecnologías comunicativas.
El
libro de la vida humana no se escribe como monólogo, sino como diálogo.